El liderazgo responsable y solidario de México en América Latina

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La situación compleja que afronta América Latina desde inicios de la década pasada se vio exacerbada en 2020 por la inesperada crisis sanitaria y económica global. Como lo señalé en mi artículo El excepcionalísimo mexicano, las presiones ejercidas por estos factores han resultado en explosiones sociales particularmente fuertes en nuestra región. Sin embargo, la manera de afrontar estas presiones por parte del pueblo de México, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha hecho que nuestro país sea una excepción regional, ostentando una estabilidad económica, democrática y social envidiable. Es notorio que México ha sobrepasado a Brasil como el principal receptor de IED en América Latina y que el peso es una de las monedas más sólidas en la región.

Esto se debe a la manera innovadora de hacer política del mandatario López Obrador, ejemplificada por sus ejes de gobierno y su compromiso inequívoco con la democracia, los pobres y la lucha contra la corrupción. La decisión de llevar las riendas del poder de manera innovadora se refleja también en la política exterior de México, en particular en sus relaciones con nuestros hermanos latinoamericanos.

Durante esta administración, México ejerce una diplomacia enfocada en resultados concretos, anclada –dada su conciencia histórica– en doctrinas centradas en el respeto a la soberanía y a los derechos humanos. Cabe destacar que estas doctrinas, pese a que fueran criticadas por las fuerzas conservadoras del momento, probaron ser las correctas y justas. A su vez, nuestras relaciones con la región están imbuidas de la solidaridad y el compromiso con la gente, dotes del presidente López Obrador.

En otras palabras, en un contexto global de crisis, México ha decidido reaccionar a su situación de estabilidad envidiable de una manera característicamente mexicana: con liderazgo, responsabilidad y solidaridad. La región lo ha ratificado otorgando por unanimidad la presidencia pro tempore de la CELAC a México por segundo año consecutivo y la de la Conferencia Regional sobre Migración. Asimismo, en lo que va del año, los mandatarios de Argentina, Bolivia y Guatemala han visitado México y otros más han confirmado para el segundo semestre.

La cancillería se ha dedicado a impulsar una diplomacia que sirve, mediante acciones de cooperación que sobresalen en esta época de crisis global. Esto incluye la implementación de programas sociales que han beneficiado a más de 13 mil personas en tres países de Centroamérica, así como de entregas de insumos médicos, 22 respiradores, 800 mil vacunas AstraZeneca y la inclusión de Argentina, Guatemala y Paraguay en la primera fase de la vacuna mexicana Patria. Todas estas iniciativas combinadas tendrán un impacto positivo en las vidas de millones de nuestros hermanos latinoamericanos.

Estas acciones cobran particular relevancia con la situación que vive actualmente Nicaragua y la posición que México y Argentina han adoptado ante la misma. México se abstuvo en la declaración conjunta de la OEA, dada la evidente mano injerencista del secretario general en su redacción. Eso no significa que México sea indiferente ante la situación y ya se están realizando las acciones que corresponden, actuando con el respeto y la responsabilidad que la posición de México en la región amerita. No podemos olvidar la intrusión activa de ese personaje en el golpe de Estado de 2019 en Bolivia y la actuación de México en ese momento, fuertemente criticada por las fuerzas conservadoras, pero que ahora es reconocida abrumadoramente como la correcta. También es emblemático el caso de Venezuela, donde México denunció la ineficacia de la estrategia propugnada por el grupo de Lima y el grupo internacional de contacto. Hoy su irrelevancia demuestra que teníamos razón. Como lo hemos dicho previamente, solo los venezolanos podrán encontrar una solución pacífica a sus diferencias.

No sorprende que personas que no entendieron la visión del gobierno del presidente López Obrador en política exterior, y que pasaron desapercibidas en cargos de alto nivel, se dediquen a idealizar el pasado y a criticar con falacias ad hominem, desde el confort del retiro dorado, a los que nos hemos dedicado a impulsar una diplomacia que sirve, en pro de un futuro mejor para nuestro país y la región. Es solo otra reiteración de las posiciones conservadoras que nuestra política exterior evidencia como erradas, con resultados concretos que hacen palpable el liderazgo responsable y solidario de México en América Latina.


Por: Maximiliano Reyes Zúñiga

Subsecretario para América Latina y el Caribe de la SRE

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