El 26 de septiembre de 2014, se perpetuó la masacre de los 43 normalistas de Ayotzinapa; a 7 años de este terrible suceso, el gobierno mexicano sigue sin dar explicaciones convincentes a los padres de familia, y a la sociedad en general.
Mucho se ha hecho y dicho, investigaciones, pruebas periciales, resultados forenses extranjeros que el gobierno mexicano ha desestimado.
En siete años se ha hablado de la verdad histórica de este caso, solo que la única verdad hasta hoy, es que no existe ninguna verdad, pues se les ha mentido a los familiares, ha existido manipulación de la información.
Este caso está tipificado como desaparición forzada cometida por agentes del Estado mexicano.
El pasado 15 de junio fueron encontrados los restos óseos de uno de los estudiantes, Jhosivani Guerrero de la Cruz, el segundo que se identifica absolutamente.
El resultado de esta identificación lo emitió el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Innsbruck, Austria, y fue validado por el equipo Argentino de Antropología Forense, que pudo legitimar que dichos restos óseos correspondía a Jhosivani.
Con este hallazgo se comprueba una vez más que les mintieron a los familiares, diciendo que en un solo lugar había sido el paradero de los estudiantes desaparecidos, que habían sido cremados en el basurero de Cocula, sin embargo, los restos de Jhosivani fueron encontrados en un lugar distinto, a un kilómetro aproximadamente al camino que va hacia el basurero, esto demuestra que fueron trasladados ahí por los autores de la desaparición de los estudiantes.
En este caso como en tantos otros, lo que ha faltado es la voluntad política del gobierno mexicano para trabajar bien, para esclarecer y decir la verdad.
Seguirán existiendo en este caso como en otros, versiones carentes de fundamento, manipulación de investigaciones, mientras la grave crisis de desapariciones forzadas en México seguirá engrosando la cifra de más de 83 mil desapariciones.
Estas desapariciones forzadas han provocado primeramente que las familias de estos 43 estudiantes sigan insistiendo por encontrar la verdad, pero también ha provocado el surgimiento de colectivos de búsqueda en diferentes partes del país para encontrar a sus familiares, esto demuestra claramente la incapacidad por parte del gobierno mexicano para encontrar a los casi 83 mil desaparecidos, y que es la sociedad civil o colectivos quienes realizan este trabajo.
Mientras tanto siguen abiertas las investigaciones de Tlataya, las mujeres de Atenco que siguen estando pendientes de esclarecer la verdad y de juzgar a los verdaderos culpables.