Fratelli Tutti; migraciones, fronteras, un análisis

Laguna /

En esta Encíclica el Papa Francisco no quiere dejar que nadie sea indiferente, da un mensaje de rechazo a políticas puramente económicas y reclama que el foco atracado por la crisis mundial por la que estamos atravesando sea restablecido a las “personas”. 

Remarca la manera en que convivimos todos. 

Algunos puntos importantes que resalta la Encíclica son;

1. La importancia de la fraternidad universal.

2. La dignidad de toda persona humana y el fomento de la riqueza de la diversidad.

3. La Hospitalidad.

4. La fraternidad universal y la amistad social.

5. Así como, la espiritualidad y la Teología de las migraciones se reconocen como disciplinas que nos ayudan a encontrar el rosto de Dios en las vidas y corazones de nuestros hermanos y hermanas migrantes.

El Papa Francisco subraya la fraternidad universal como fraternidad abierta, que permita reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde nació o donde habita. 

Una fraternidad que, recociendo la dignidad de cada persona humana, pueda hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad.

En cuanto al tema de la migración, esta Encíclica presenta la realidad migratoria señalando que muchas personas se ven obligadas a abandonar sus hogares o que buscan un sueño de paz y esperanza para los suyos. 

Sin embargo, hoy se vive en algunos lugares como en Europa una pérdida de ese sentido de la responsabilidad fraterna, incluso desde algunos regímenes políticos populistas con planteamientos económicos liberales, que sostienen que hay que evitar a toda costa la llegada de personas migrantes. 

Se difunde una mentalidad xenófoba, de gente cerrada y replegada sobre sí misma. 

Las personas migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona. 

Se les considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos. 

El Papa rechaza que es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer a veces ciertas preferencias políticas por encima de convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de cada persona humana más allá de su origen, color o religión, y la ley suprema del amor fraterno. 

Otro aspecto son las fronteras; considerados como espacios de encuentro y separación; de limitación y de fecundidad mutua. 

Hay fronteras físicas, pero muchas veces construimos fronteras existenciales, culturales, sociales, políticas. 

Si la familia humana tiene la misma dignidad y derechos, entonces nadie puede quedar excluido al otro lado de un muro o frontera, no importa dónde haya nacido.

Esta Encíclica invita a una fraternidad universal, a una amistad social que nos acerque a los rostros de las personas y comunidades “Todos somos hermanos y hermanas”. 1

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