Parece que la proporción se modificó: ya no es 90% de lealtad y 10% de experiencia. Ya es 100% de lealtad.
Tal parece ser el mensaje que la clase política en el poder envió con el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Las críticas a su mal desempeño en el mismo cargo, y el haber sido la más mal evaluada en la comisión encargada de valorar a las 15 candidatas, no se tomaron en cuenta.
La lealtad es una virtud importante. Pero depende a quién o a qué se es leal. En el caso de la CNDH, por ejemplo, se puede (y se debería) ser leal a la institución y a sus fines. Y a través de ella se es leal al Estado mexicano y a los valores de nuestra constitución. Y finalmente esa lealtad lleva a la sociedad mexicana.
Pero todo eso se dejó de lado. No se consideró la lealtad a la institución encargada de defender nuestros derechos. Al ignorarla, se dejó también la lealtad a nuestro Estado, a nuestra constitución, a nuestra sociedad.
El mensaje es claro: la lealtad que cuenta es a una persona. Ya sabemos quién.
Se puede agradecer la claridad del mensaje. Pero hay que considerar también los costos del mismo.
Un grupo político que ignora las evaluaciones que él mismo diseñó y realizó, manda el mensaje de incongruencia. ¿De soberbia extrema? ¿Síntomas de una borrachera política producto de tener todo el poder?
La ineptitud tiene costos. A quienes nos gobiernan no parece preocuparles el cuidado de los derechos humanos. Por eso nombraron a la candidata menos apta para el cargo. Si esto se reproduce en otros cargos, como puede ser el caso, los costos serán altos.
Javier May, gobernador de Tabasco por el mismo partido que acaba de nombrar a Piedra Ibarra presidente de la CNDH, acusó al gobernador anterior (también del mismo partido) de haber nombrado secretario de Seguridad Pública a Hernán Bermúdez, quien, afirmó, es líder de un grupo de delincuentes.
No lo sabemos de cierto, pero pudiera ser otro caso de 100% de lealtad (a una persona) 0% de todo lo demás (capacidad, lealtad institucional, honestidad, eficiencia…).