La semana pasada circuló en redes sociales una gráfica del SAT en donde se observaba que los “grandes contribuyentes” mexicanos, es decir, el 0.02% de los contribuyentes, pagan el 51% de los impuestos del país. Con tal información, varias personas argumentaron que los mexicanos más ricos ya pagan demasiados impuestos y que, por tanto, ya no es necesario cobrarles más.
La pregunta es si es verdad que los ricos ya pagan lo que les toca. La respuesta es no. Veamos.
Lo más importante es comprender que los “grandes contribuyentes” no son personas ricas; son un puñado de grandes empresas. La diferencia es importante porque la recaudación de grandes empresas no proviene solo de cobrarle impuestos a los dueños de la empresa, sino en gran medida de impuestos que las grandes empresas colectan de sus clientes y empleados. De hecho, el 25% de la recaudación de “grandes contribuyentes” no fue pagada por las empresas, sino por personas que fueron sus clientes o trabajaron para ellos.
Además, otro 21% de lo que se reporta como “recaudación de grandes contribuyentes” proviene de PEMEX. Esto es, no se trata de recursos de empresarios privados, sino de la contribución de una empresa del Estado a las finanzas públicas.
Hay algo más. La gráfica no incluye a los grandes contribuyentes que son personas, es decir, a los ricos individuales que el SAT estima en cerca de 100 mil personas.
Esto hace imposible determinar, con esa gráfica, si la recaudación está siendo o no verdaderamente progresiva.
Para realmente saber cuántos impuestos pagan los ricos, lo mejor es recurrir a los datos que la Secretaría de Hacienda reporta anualmente sobre el tema.
Los datos más recientes muestran que en México, las personas que pertenecen al 10% más rico pagan el 38% de los impuestos. La cantidad parece relevante, pero es muy pequeña pues, en México, esas personas poseen el 60% de los ingresos y el 78% de la riqueza. Es decir, si las personas de altos ingresos pagaran lo que les toca, cuando menos deberían pagar el 60% de los impuestos. De hecho, deberían pagar más para que hubiera redistribución.
Es por ello que México es uno de los países que menos redistribuye recursos de toda la OCDE. Como múltiples estudios han mostrado, incluyendo mi libro “No es normal,” la desigualdad de México antes y después del pago de impuestos casi no cambia. Esto se debe, precisamente, a que los ricos no pagan lo suficiente como para que los pobres puedan cambiar su situación.
Ahora bien, volviendo a la gráfica anteriormente mencionada. Si eliminamos la recaudación de PEMEX y también los impuestos que pagan consumidores, empleados y personas, lo que la gráfica mostraría es que el 0.6% de las empresas más grandes de México pagan el 66% de los impuestos. Nuevamente, la cantidad parece relevante, pero es muy pequeña, porque, con información del Censo Económico, es posible identificar que en México, esas empresas concentran el 81% de los ingresos empresariales.
En conclusión, ni las personas más ricas ni las empresas más grandes de México están pagando lo que les toca. Es verdad que pagan más que el resto, pero, una vez que se considera la magnitud de la desigualdad, falta mucho.
Espero que el SAT de Antonio Martínez Dagnino publique mejores gráficas sobre la distribución del pago de impuestos de forma que la confusión no perjudique la posibilidad de realizar una muy urgente reforma fiscal.