No puedo más. Casi todos los días escucho a alguien quejarse de que “a los jóvenes ya no les interesa la política”, “ya no les importa el futuro del país”. “Hay que sacar a la generación Z a votar”, dicen los empresarios, columnistas y opositores. Conciben a los jóvenes como un grupo de niños apáticos e indolentes.
Estoy en profundo desacuerdo con estas voces.
La generación Z no es apática. Por el contrario, los datos indican que tiene más interés en la política que el resto de la población. Según datos del Latinobarómetro, una prestigiado estudio de opinión pública, mientras que el 37% de la generación Z se declara interesada en la política, solo el 32% del resto de la población lo hace.
Tampoco es cierto que “los jóvenes de antes” hayan tenido mayor interés en la política antes. Como muestra la gráfica, los jóvenes de hoy tienen más interés en la política del que tenían los jóvenes de tiempos de Calderón, EPN y Zedillo. Durante el Foxismo había más interés en la política, probablemente por la euforia de la democratización. Sin embargo, salvo ese sexenio los jóvenes nunca habían tenido mayor interés en la política que ahora.
Me parece que el malentendido de que la Generación Z es “apática” proviene de que los más viejos no tienen interés en entender cómo se involucran en la política los más jóvenes, cómo expresan sus convicciones y cómo se sienten ante las alternativas que hoy están en la boleta.
El problema principal es que la gente más vieja asume que, porque la generación Z no se comporta como ellos esperan, es porque no les interesan los problemas del país. Esto es simplemente falso. El porcentaje de personas de la generación Z que reportan hablar de política con frecuencia es 21%, un dato muy similar al 23% que lo reporta en la población más vieja. No hay diferencia significativa.
Lo que sí es diferente y las generaciones más viejas no entienden es que la generación Z habla de temas de interés nacional en lugares distintos. A diferencia de otras generaciones, que suelen hablar en reuniones familiares, a la generación Z le gusta hacerlo entre amigos, en redes sociales o manifestaciones. De hecho, el uso de redes sociales para manifestar opiniones sobre los problemas del país es dos veces más común entre los jóvenes que entre el resto de la población. La protesta también es doblemente más común.
La generación Z no es apática, simplemente no está dispuesta a seguir hablando de política en los términos que quieren los más viejos. Por ejemplo, las etiquetas ideológicas de “izquierda” o “derecha” les dicen poco. Una tercera parte de los jóvenes no se identifican con ninguna de ellas, no las entiende o no les interesan.
Lo que le preocupa a la Generación Z no son las etiquetas, los políticos por nombre o los partidos, sino los temas. Los temas de interés nacional. E incluso, en algunos aspectos, les preocupa más que a generaciones más viejas. Por ejemplo, entre la generación Z, el 71% reporta preocupación sobre llegar a ser víctima de un delito con violencia. Un dato muy superior a la población más vieja donde solo es 65%.
Qué patada en el hígado es que se diga que la generación Z no tiene interés en la política. Cuando, en realidad, si alguien es valiente en expresar sus convicciones son ellos. En la generación Z, el 67% dice no tener miedo a enfrentar consecuencias negativas por hablar de política. Entre el resto de la población el dato baja a solo 56%.
Fíjense la ironía. Las generaciones viejas se conciben muy interesadas en la política y se dan el lujo de aleccionar a la generación Z. Aun si en realidad, los viejos tienen más miedo de tocar temas espinosos en público, acuden menos a protestas y solo se sienten muy gallitos para hablar de políticos en las comidas familiares.
Las expresiones políticas de la generación Z son evidentes para quien tenga ojos. Ahí están las protestas en favor de la banda en Mazatlán. Los miles de voces que convirtieron a Rosa Pastel en el regreso más esperado del Vive Latino. Las protestas que pintan de morado el 8M como jacarandas feministas. Los jóvenes que cierran las calles demandando que la jornada laboral se reduzca a 40 horas. El frente meme subersivo, los gatitos contra la desigualdad, Metlab y Marx Ilustrado. Las docenas de personas que me escriben en Instagram para contarme lo que discutieron con sus padres. Las manifestaciones por el derecho a la vivienda. Los chavos que hace dos meses abarrotaron la presentación de @noesnormallibro. El que vino desde Chalco y me susurró su historia. Los que encontré el otro día bailando en la Glorieta de insurgentes y me gritaron “doctoraaaaaaaaaaa”.
No cabe duda de que los señores, esos que aleccionan a la Generación Z, han dejado de entender el mundo.
Fuentes: Latinobarómetro (1995-2023). Se considera que la generación Z tenía entre 18 y 26 años en 2023. Los sexenios incluyen levantamientos de Zedillo (1995-2000), Fox (2001-2005), Calderón (2007-2010), EPN (2013), AMLO (2020-2023).