No es secreto de nadie que en México la gente con dinero logra modificar leyes y regulaciones a modo para beneficiarse. La pregunta es cómo lo logran. Esta es la tercera de 5 notas donde hago propuestas concretas para separar el poder político del económico.
Hoy hablaremos de la captura de las autoridades municipales, o lo que yo llamo el dilema del “guerrero más débil”.
El problema es de todos conocido, pero por nadie resuelto: la debilidad estructural del municipio lo ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para que el poder económico lo influencie y se haga de poderosísimas regulaciones a modo.
El dilema es que muchas autoridades municipales operan con pocos recursos, mínimas capacidades y muy bajos niveles de profesionalización. A pesar de ello, las leyes los hacen responsables de muchas de las más importantes regulaciones y funciones del Estado mexicano. El municipio formula y aprueba los planes de desarrollo, movilidad y seguridad vial, autoriza y vigila el uso de suelo, otorga licencias para construcciones, maneja el bien más básico para la vida, el agua potable, y cobra uno de los impuestos con mayor potencial redistributivo del país, el predial.
Así, muchas de las batallas regulatorias más importantes del país son responsabilidad del guerrero más débil. Es decir, del nivel de gobierno menos capaz y con menores recursos.
Enormes inversiones y contratos para desarrollos inmobiliarios, turísticos o inversiones se dirimen a nivel municipal y son determinados por las decisiones que toman autoridades municipales que, en el mejor de los casos, no tienen capacidad para evaluar los impactos de sus decisiones y en el peor, la tienen, pero ya le llegaron al precio.
El poder económico sabe esto. Conoce la debilidad e impunidad que impera en algunos municipios y en ocasiones se aprovecha. Por eso, de pronto se ven regulaciones que parecen diseñadas ad hoc para una sola empresa o industria, permisos anómalos que nadie entiende cómo o por qué se dieron, o de plano falta absoluta de recaudación.
No todos los municipios tienen problemas de capacidad y captura. Hay municipios muy buenos. El problema es que hay muchos que son demasiado débiles y no pueden ponerse al tú por tú con el poder económico, cuando así se requiere.
Consideremos dos de las acciones más básicas que debe realizar cualquier autoridad: tener personal capacitado y cobrar impuestos. Bueno, la mayoría de los municipios no lo tienen. En cuanto a personal calificado, solo el 8% de los municipios tienen un servicio profesional de carrera [I]. En cuanto a recaudación, solo el 34% tienen alguna capacidad recaudatoria [II]. Solo el 3.5% de los municipios tienen ambas capacidades. La mayoría de los municipios son muy débiles.
Ante esta situación, hasta ahora, la recomendación más común ha sido esperar. Confiar en que los municipios eventualmente se profesionalizarán si se les dan suficientes recursos para ello y esperar que algún día, pronto esto suceda.
Yo lo veo distinto. No creo que haya que continuar esperando. Me parece que es momento de tener dos importantes discusiones como país.
Primero, qué responsabilidades queremos que sigan en manos del municipio y cuáles podemos depositar en manos de autoridades más profesionalizadas como los estados o incluso, la federación.
Segundo, cuántos municipios debemos tener. Actualmente existen 2,475 municipios. Excluyendo los 527 municipios de usos y costumbres indígenas que, por razones culturales e históricas, no pueden dejar de existir, y excluyendo a los municipios que tienen capacidad de recaudación, todavía tenemos 1,621 municipios de nula capacidad recaudatoria [III]. Quizá podría pensarse en fusionar algunos de estos municipios. Otra propuesta, quizá más radical sería tener una organización territorial de 300 municipios que emule las divisiones de la distritación federal actual. Con eso y considerando la permanencia de los municipios de usos y costumbres, se podría llegar a tener 827 municipios en total.
La solución deberá conciliar muchos ámbitos, pero la discusión no puede esperar. Si se desea un Estado funcional, no podemos continuar dando las batallas más grandes del Estado a nuestros guerreros más débiles.
Fuente: [I] Ruiz-López, H. Servicio civil y profesionalización: Contra la corrupción (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 2023); [II] Municipios que recaudaron predial en 2022. Véase: INEGI, Finanzas Públicas Estatales y Municipales (2022). [III] INEGI, Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México (2019).