Termina el año y quiero escribirles no como director, sino como compañero de trabajo. Como alguien que sabe —porque lo ha visto— que el Seguro Social no descansa. El IMSS no cierra por vacaciones. No se detiene los domingos ni en las madrugadas. Está ahí cuando nadie más puede estar. Y muchas veces, llega antes que todos.
Los vi llegar antes, tras la explosión en el Puente de la Concordia. Las enfermeras se regresaron aún cuando su turno había concluido, los camilleros se organizaron para recibir a los heridos en Magdalena de las Salinas.
Los vi llegar antes, en Hidalgo, en Puebla, en Veracruz, cuando parecía que las lluvias se lo habían llevado todo. Los vi trasladar unidades móviles, abrir caminos, salvar vidas. En La Ceiba, en Puebla, el jefe médico de la delegación, que estaba en tareas administrativas, recibió a una niña que nació allí mismo, con profesionalismo, con humanidad.
Los he visto llegar antes en algo que poco se cuenta: los trasplantes. Este año fueron casi tres mil quinientos. Trasplantes de corazón, córneas, pulmón, hígado, riñón, que significan segundas oportunidades de vida. Nada de esto habría sido posible si no hubiéramos sido los primeros en llegar.
Y ahora, los veo, una vez más, en Salina Cruz. Donde el IMSS responde a la emergencia tras el accidente del Tren Interoceánico. Desde el reporte inicial se activaron los protocolos; las unidades médicas de la región hicieron lo que saben hacer: recibir, atender, estabilizar. Desde el mismo domingo del percance, me trasladé a supervisar personalmente las tareas, y este lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum visitó a pacientes y familiares en el Hospital de Salina Cruz. Con el trabajo de todos atendemos de manera oportuna.
Así cerramos el año: trabajando. Llegando antes. Por eso, y por lo que cada uno de ustedes hacen todos los días, al IMSS no se le puede perder el respeto. Porque ese respeto se lo han ganado médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, camilleros, personal técnico y administrativo en la emergencia, en la operación diaria, en la vida de millones de personas.
El próximo año será un año exigente. De crecimiento, pero también de responsabilidades mayores. Sigue avanzar en la universalización de los servicios de salud, para que todo mexicano pueda atenderse en cualquier institución pública de salud. Esto con responsabilidad y como lo dijo la doctora. Claudia Sheinbaum, a través de una cámara de compensación, que permitirá a cada institución asumir el costo en la atención de sus derechohabientes.
En 2026 iniciará la credencialización universal. En el IMSS hemos avanzado en la adopción del expediente clínico digital. Lo que sigue es adoptar un sistema digital único y continuar creciendo en infraestructura, garantizando tiempo, trato y abasto.
Alcanzar estas metas requieren de organización, planeación, uso eficiente de los recursos de los trabajadores y algo que el IMSS sabe hacer bien: trabajar en equipo. Sin ustedes, no hay transformación posible.
Por eso esta carta afirma el futuro. Porque el Seguro Social, para ser más Seguro y más Social tiene que seguir llegando antes, todos los días, en cada unidad médica, en cada hospital, en cada oficina, a lo largo y ancho del país.
Gracias por sostener al IMSS con su profesionalismo, su compromiso y su vocación. Gracias por demostrar que somos más que una gran institución. Somos una comunidad que cuida a México.
Nos vemos en 2026. En territorio.