En Ciudad de México hay 179 menores de edad que en 2019 fueron capturados y procesados por cometer algún delito de acuerdo con cifras del Sistema Penitenciario de la capital. Les dicen adolescentes en conflicto con la ley.
Pero para algunos su conflicto no es menor: 70 robaron, 28 mataron y 25 secuestraron.
Según los especialistas, son niños que no ven en el presente ni a futuro alguna oportunidad de desarrollo, no tienen sueños ni expectativas de vida. Pero sí el arrojo, la impulsividad y la necesidad de pertenecer de cualquier adolescente.
Por eso se juegan todo en un crimen y no dudan en jalar el gatillo.
El ejemplo más reciente fue el asalto a un empleado de Plaza Universidad donde un menor de 15 años estuvo involucrado. El botín era de 150 mil pesos y por lograr el atraco, mató junto con su cómplice al vigilante que descargaba efectivo de la estación de pago del estacionamiento de la plaza comercial.
En su intento por escapar, este niño corrió hacia el interior de la plaza y se escondió en los ductos de ventilación, pero la policía lo encontró y hoy es acusado por el homicidio calificado contra el trabajador de 30 años.
Casos como el de este joven llenan las estadísticas del Sistema Penitenciario que al 15 de noviembre de este año registró 114 menores que cumplen su condena internados por los delitos de robo, homicidio, privación de la libertad, delitos contra la salud, lesiones, portación de arma, violación, tentativa de homicidio y abuso sexual.
Además, en el mismo periodo se procesó a 65 menores que reciben tratamiento en libertad por robo, delitos contra la salud, lesiones, portación de arma, privación de la libertad, violación y homicidio.
Aunque hay una baja en los más graves, los avances no son alentadores, pues las cifras totales se mantienen prácticamente en el promedio de años anteriores.
Por ejemplo, en 2018 se atendió a 219 adolescentes en conflicto con la ley, de ellos, 90 fueron procesados por robo, 51 por homicidio y 24 por privación de la libertad.
Y en 2017, 189 adolescentes cometieron algún delito: 91 cometieron robos, 54 homicidios y 20 secuestraron a sus víctimas.
La presa perfecta
El intento de las autoridades por no criminalizar a los adolescentes en conflicto con la ley ha resultado contraproducente, pues al no existir programas reales de reinserción social ni prevención, los jóvenes son utilizados por los grupos criminales pues al no tener mayoría de edad la máxima pena que pueden purgar es de cinco años.
De acuerdo con la organización Reinserta, la normalización de la violencia y el crimen en el entorno familiar contribuye a que cada vez más jóvenes cometan delitos e incluso se asuman como criminales sin otra oportunidad más que delinquir.
“Son la presa perfecta por tema de consecuencias pero también por la propia personalidad del adolescente un adolescente es impulsivo, no piensa las consecuencias, hace lo que sea por pertenecer, un adolescente tiene esta necesidad de adrenalina de cosas nuevas, alto consumo d sustancias que cada vez vemos está llevando a nuestros jóvenes que les motive ponerse a robar”, explicó Mercedes Castañeda, directora de Reinserta.
En 2018, Reinserta realizó un diagnóstico de la población adolescente en conflicto con la ley en el país que revela la situación en que vivían antes de delinquir. Las cifras muestran que la mayoría son hombres de aproximadamente 17 años que vivían con sus padres en un casa con ingresos menores a 7 mil pesos mensuales.
Pero lo realmente revelador es que alrededor de 40 por ciento de los encuestados reportó tener algún familiar en conflicto con la ley, los jóvenes varones dijeron que sus tíos y las mujeres que su padre.
Además, también e 40 por ciento señaló que tiene amigos con antecedentes y la mayoría de ellos consume alcohol.