La Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) reveló que de 2015 a septiembre del 2021, 36 mil 135 niñas y mujeres adolescentes fueron reportadas como desaparecidas en el Estado de México. Aunque el 95.1 por ciento de los casos no tuvo un desenlace trágico, a mil 376 de ellas se les encontró sin vida y siete mil 961 siguen sin volver a su hogar.
El año más crudo fue 2019, con seis mil 863 reportes, de los cuales el 20 por ciento continúan sin ser halladas; y desde entonces, las familias que recuperan a su desaparecida son cada vez menos. El año pasado se registró el mínimo índice de localización en siete años de búsqueda, pues de las cuatro mil 18 desapariciones, 35 por ciento siguen en circunstancias desconocidas.
- Te recomendamos En Edomex, Atlautla lleva récord de desapariciones y encabeza la lista estatal Política
El informe “Desaparición de mujeres, adolescentes, niñas y niños en el Estado de México”, de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), reveló que la mayoría de las personas desaparecidas y no localizadas en el Estado de México son mujeres estudiantes de secundaria que oscilan entre los 12 y 17 años de edad, cuya complexión es delgada, nacieron en esta entidad y no cuentan con antecedentes penales.
“Para nosotras es muy importante que veamos que este tipo de datos nos ayudan a caracterizar un perfil que está lejos de pensar en la criminalización de las personas y que cuando esto se hace podemos llegar a revictimizarlas”, puntualizó Adriana González Veloz, directora de Análisis de contexto de la CNB.
Cabe mencionar que una de las circunstancias típicas en las que ocurre la desaparición de las personas con este perfil, es a la luz del día (entre 6:00 y 18:00 horas); es decir, rompe con el mito de que las niñas desaparecen porque se arriesgan al salir de noche, y con perspectiva de género, se ubica como uno de los clichés que existen para estigmatizar la conducta o el comportamiento de las mujeres.
Al respecto, Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Redim, refirió que la quinta parte de desapariciones de niñas, niños y adolescentes en el país sucede en el Estado de México, por lo que fue importante acercar el foco a la entidad.
Añadió que pensar que las desapariciones sólo ocurrían entre personas adultas orilló a la invisibilización de la población infantil y a no reconocerlos como titulares de derechos, aunado al sexismo que también ocultó a niñas y mujeres adolescentes del contexto de desaparición por mucho tiempo.
MjI