Tras el accidente ocurrido en San Nicolás de los Garza, donde las niñas Regina e Isabella fallecieron, ciudadanos colocaron flores, veladoras encendidas y muñecos de peluche sobre un camellón de la avenida Rómulo Garza, a la altura de la calle Lago Azul, en la colonia San Benito del Lago, en memoria de las pequeñas.
Un púlpito en color rosa, veladoras encendidas, un ramos de flores, así como dos ositos de peluche fueron colocados en el sitio del fatal percance que consternó a los regiomontanos.
Las pequeñas de cinco y tres años de edad, viajaban dormidas en el asiento trasero del auto que conducía su madre Mariana Jazmín Lugo, quien trabajaba en el reparto de comida cuando fueron impactadas por alcance por un auto que conducía Irwing Gustavo, quien de acuerdo a las evidencias se encontraba en estado de ebriedad y posiblemente intoxicado.
Mariana Lugo, madre de las menores, recién se había separado de su pareja. Laboraba en distintos oficios, vendía pasteles y postres, endulzaba manzanas que luego comercializaba, y entregaba comida en su auto.
Paga renta de su casa, servicios y educación de sus pequeñas. La fatídica madrugada de lunes sus hijas la acompañaban como en otras ocasiones, cuando su familia no podía cuidarlas.
Exigen justicia por muerte de niñas tras accidente en San Nicolás
A través de grupos en diversas redes sociales, se organizó una caravana que partiría desde el lugar del accidente, en avenida Rómulo Garza, hasta la funeraria donde Regina e Isabella recibirían su ultimo adiós. En cuestión de minutos, el número de motociclistas pasó de apenas una decena a cientos de personas, repartidores, vecinos y familias enteras.
A las 10:30 de la noche el grupo de cerca de 100 motociclistas se dirigió a las capillas, seguidos por varios automovilistas. Luego de casi 30 minutos, el contingente llegó hasta las funerarias ubicadas en la av. Lázaro Cárdenas, en San Pedro.
El apoyo de los repartidores no quedó en una caravana. Tomaron una mochila térmica en la que trasladan los alimentos, y recolectaron donativos entre su gremio para donarlo a la familia Lugo. Tras dos minutos de silencio, el contingente partió, y únicamente los familiares y amigos más cercanos dieron el ultimo adiós a las pequeñas Regina e Isabella.