El olor a turbosina y el rugido de motores y hélices formados sobre la pista se vuelven la antesala del espectáculo; el agrupamiento Aéreo Independencia está listo para despegar, volar y pintar el cielo como parte del ensayo previo a la parada aérea militar del próximo 16 de septiembre.
Desde temprano, en la base aérea militar de Santa Lucía se emula el tradicional desfile, que para esta edición contará con 100 aeronaves –71 de ala fija y 29 de ala rotativa– pertenecientes a la Fuerza Aérea Mexicana, a la Marina Armada de México y a la Guardia Nacional; así como 15 paracaidistas del Ejército Mexicano y de la Marina, encargados de encabezar la romería.
Pero antes, la pasarela de acero es engrasada y, si es necesario, reparada por los mecánicos que deben dejar todo listo y en orden, para luego ser revisada por el comandante de la Fuerza Aérea, José Gerardo Vega Rivera.
El ruido generado por la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles, contiguo a la base militar, apenas se distingue cuando suenan los Northrop F-5 de batalla, los Hércules C-130 de carga y los Boeing 737 de pasajeros; los de la academia, los Pilatus PC-7, y los favoritos el combate al crimen, los Beechcraft T-6 Texan II; y claro no podían faltar los helicópteros EC-725 Super Cougar y los UH-60L Black Hawk, espectáculo que no se ve todos los días.
El subteniente Ezequiel Sayas será copiloto, apoyará al comandante de nave en procedimientos a bordo de un Pilatus PC-7, aeronave del escuadrón avanzado de la escuela militar de aviación, que se vuela desde cuarto año con maniobras de acrobacia, de tiro o vuelo táctico, es decir, la última fase de la academia.
Ya le había tocado desfilar por tierra y ahora será su primera vez en una parada aérea, desafío destinado para quienes tiene hasta tres años de haberse graduado, pero que hoy lo asume con “orgullo y compromiso”.
“Tuve la oportunidad de que me mandaran llamar para apoyar a los del PC-7, y pues una gran experiencia porque estamos volando con instructores de la escuela y son de los más experimentados”, reconoce el subteniente.
Desde la base aérea, el coronel piloto aviador Humberto Olascoaga, integrante del Comité de Planeación del Desfile Militar, habla de las misiones en las que son empleados las aeronaves, destacando el auxilio a la población con el Plan DN-III-E.
“Las unidades del transporte como el Hércules, el Spartan, son aviones de transporte de carga que hemos empleado intensivamente durante los últimos dos años para el despliegue de personal médico para el traslado de vacunas para auxiliar a la población”, enfatizó.
Y es que tan solo esta semana, la Fuerza Aérea Mexicana distribuyó vía aérea un millón 555 mil 100 dosis de vacunas contra covid-19 a Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Mientras que su misión como el agrupamiento aéreo Independencia está en darse a conocer, “estar cerca de la gente y que la gente sienta que las fuerzas armadas están para servir a México”.
Ya en el aire y después de 34 pases sobre lo que sería el primer cuadro de la ciudad, la parvada de acero se agrupa y se acomoda para el aterrizaje, se descuelga uno a uno para realizar aterrizajes prácticamente imperceptibles, impecables.
DMZ