“Apenas Érick prendía la consola y todos empezaban a bailar”

Crónica

Erick Hernández era el dj del ‘table’, tenía apenas 29 años y además de trabajar en el centro nocturno musicalizando los performance de las bailarinas, ofrecía sus servicios en fiestas de 15 años, bodas y festivales escolares.

Mujeres lloran ante el féretro del "dj" que murió en el incendio del "table". (Araceli López)
Abraham Reza y Isabel Zamudio
Coatzacoalcos /

Hoy la sonrisa que Érick dibujaba todos los días en sus hijos y esposa ya no existe. Han pasado 48 horas desde que él fue asesinado y no han dejado de llorar. Se ven cansados y aunque están de pie frente al ataúd del hombre que por 10 años fue su sustento. Parecen ausentes: no hablan, no escuchan y de forma casi automática reciben el abrazo de quien se acerca a darles el pésame.

Se trata de Vanessa Galindo y sus tres hijos: Kevin, de 10; Keila, de 4, y Kimberly, de 5. La familia de Erick Hernández, una de las 29 víctimas del incendio en el table El Caballo Blanco en Coatzacoalcos.

No solo ellos lloran en esta casa. En el único cuarto que Érick pudo construir en el terreno que compró para formar su hogar, también está su madre, Silvia Enríquez, y su padre, Edén Hernández, ambos de más de 50 años, que vinieron desde Tabasco para despedir al mayor de sus dos hijos.

Erick Hernández era el dj del table, tenía apenas 29 años y además de trabajar en el centro nocturno musicalizando los performance de las bailarinas, ofrecía sus servicios en fiestas de 15 años, bodas y festivales escolares.

Por esta razón, ayer por la tarde su patio también estaba lleno de maestras, primos, vecinos, abogados y amigos que hacían fila para despedirse y dejarle un ramo de crisantemos y lirios.

Todos lo conocían como el dj Bengala. Sus mezclas, dicen, “no tenían comparación, apenas encendía las consolas y todos comenzaban a bailar. Era el mejor”, señala Elda Orto, directora del kínder San Juan de la Luz, donde estudian dos de los hijos de Érick.

Tanto para la maestra como para sus amigos, el incendio en el table es un acto de injusticia. No entienden cómo un joven que “no se metía con nadie, no bebía, no se drogaba y solo se dedicaba a trabajar, murió de esta forma”.

El parte médico indica que Érick falleció por las quemaduras que le ocasionó el fuego en 80 por ciento de su cuerpo.

Antes del incendio, doña Silvia, su madre, habló con su hijo. “Fue alrededor de las 4 de la tarde, tenía días que no hablaba con él y lo único que le dije fue ‘Hijo, te me pierdes’. Y el respondió ‘no mamita, estaba yo durmiendo’”.

Silvia cuenta que hablaron de todo, de sus proyectos y que inclusive recordaron cómo de niño él prendía la radio y se ponía a bailar. “Siempre quiso ser dj y lo logró, le gustaba animar a todos, era su don”.

Tras la llamada de la tarde, doña Silvia explica que se quedó con un vacío en el estómago, mismo que le duró hasta la noche, cuando estaba dispuesta a dormir.

“En la noche no podía dormir. Era las 10:30 cuando no sé qué me dio de repente y prendo el teléfono y estaban las noticias de lo que había pasado en el Caballo Blanco. Ahí fue cuando recordé que era el lugar donde mi hijo trabajaba. Le mandé un mensaje: ‘Hijo, ¿estás bien?, ¿todo bien?’ Y ya no tuve respuesta de él”, comparte la señora mientras inhala profundo para no llorar.

Treinta y seis horas tardó en volver a ver a su hijo. Las primeras 5 porque tuvo que viajar de Tabasco hacia Veracruz y el resto porque no sabía dónde reclamar el cuerpo.

“Ahí empezó el martirio, de aquí y de allá al hospital, a la Cruz Roja, al hospital civil y hasta que dimos con él”, explica Edén Hernández.

Una vez identificado, Érick fue llevado hasta su casa, donde ayer se veló durante 12 horas. En punto de las 4 de la tarde del jueves la música de dj acompañó a la familia hasta el panteón municipal donde los poco más de 90 asistentes siguieron en caravana el ataúd.

CLAVES

SEPULTAN A 10

Este jueves, en el panteón municipal fueron sepultadas también otras 10 víctimas del ataque al table dance Caballo Blanco.

MUERE OTRA JOVEN

Autoridades confirmaron la muerte de Claudia Cruz, de 20 años, con lo que el número de fallecidos ascendió a 29.

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