Joaquín El Chapo Guzmán tenía una vida muy organizada mientras estuvo en las montañas de Sinaloa, desde donde supervisaba "centenares de empleados", que incluían personal de seguridad, trabajadoras domésticas, pilotos, chóferes y proveedores de droga.
En su segundo día de declaraciones en el juicio que se celebra en Nueva York contra El Chapo, el colombiano Alex Cifuentes, quien vivió tres años a lado de Guzmán Loera y ahora es testigo de la Fiscalía, describió en detalle cómo era el día a día del ex líder del cárrtel de Sinaloa.
El Chapo, apuntó, se despertaba diariamente al mediodía, tras lo cual uno de sus secretarios le entregaba los mensajes y después de almorzar, hacía llamadas de negocios mientras paseaba bajo los árboles.
Otro secretario, contó, se encargaba de las necesidades del campamento, que incluía la inversión del acusado de entre 150 mil a 200 mil dólares mensuales en suministro de comida y pagar la nómina de unos 50 guardias de seguridad, "una caja chica muy fluida", según Cifuentes.
Los suministros al campamento eran llevados a la montaña en avioneta o camioneta, de acuerdo con el testigo, que en el primer día de su comparecencia el pasado jueves se identificó como la "mano derecha e izquierda" del acusado, para quien supervisaba la venta de drogas en Nueva York y Canadá.
Cifuentes, que vestía su ropa azul de prisionero, contó además que había varios niveles entre la guardia de seguridad del capo mexicano.
"La seguridad era lo más importante en la montaña", afirmó el testigo, quien explicó que el acusado se mantenía al tanto de las comunicaciones por radio y de la vigilancia del Ejército.
También contaba con pistoleros encargados de la seguridad directa de El Chapo, otros vigilaban de cerca la casa donde estaban, otros las carreteras en las partes altas y bajas y otros las pistas clandestinas de aterrizaje.
Todos, aseguró, se comunicaban entre sí.
Sus secretarios le organizaban además su agenda de visitas de socios, familiares, y de su esposa, Emma Coronel.
De acuerdo con Cifuentes, cuyo hermano Jorge ya ocupó la silla de los testigos, El Chapo tenía varias casas en la montaña, cabañas humildes pero que contaban con satélite para comunicaciones, televisión de plasma, cocina pequeña y otras facilidades así como una barraca para los pistoleros.
nerc