Policías estatales y municipales de todo el país, agentes de la Guardia Nacional y militares, cambiaron sus armas por la biblia, en un intento por pacificar México y por alejar de la corrupción a sus compañeros policías. A este movimiento cristiano lo llamaron la policía celestial.
Leonel Guillermo Prieto, es un ex agente de la desaparecida Policía Judicial Federal. Hace 15 años fundó la policía celestial tras ser liberado de una cárcel de Estados Unidos, donde estuvo preso por tráfico de drogas.
Arrepentido de su error, juró ante Dios que si recobraba su libertad haría lo posible para evitar que más policías terminaran tras las rejas por corromperse. Fue así que, armado sólo con una biblia, Leonel salió a predicar la palabra de Dios a todas las corporaciones de seguridad del país.
"Recuerdo que cuando me enfunde la primera vez en aquel el uniforme beige con verde dije, yo voy a hacer un policía que cambie la historia del país, pero llegó un momento de mi vida en que me corrompí. Esa corrupción me llevó a la cárcel. En la cárcel, conocí a Dios como una relación y no como una religión", comentó Leonel Guillermo Prieto.
La policía celestial es hoy una religión. Cuenta con permisos ante la Secretaría de Gobernación, y el nombre fue registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual.
"Lo que comenzó como un ministerio es una organización muy grande. Tenemos presencia en algunos otros países. Tenemos cerca de 17 mil 500 policías celestiales", aseguró Leonel Guillermo Prieto.
Además de policías mexicanos, en las filas hay uniformados de España, Italia, Guatemala, así como carabineros de Chile.
"Evidentemente no dejamos de hacer lo que nos toca hacer como autoridades encargadas de cumplir y de hacer cumplir las leyes, pero también, tenemos una fuerte conexión con Dios a través de la oración, de la alabanza y de grupos que como policías cristianos tenemos para poder orar por las comunidades donde cada uno nos desempeñamos", detalló Eduardo Aguilera González, comisario de la policía celestial.
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La policía celestial cuenta con una estructura organizacional muy similar a la de una corporación de seguridad. Leonel Guillermo Prieto es el comisionado nacional, pero también existen los comisario generales, que hacen la función de ministros, coordinadores operativos, jefes de división, y hasta un área de inteligencia encargada de monitorear el comportamiento de sus miembros, que, en caso de comer alguna falta, son enviados a la comisión de honor y justicia para determinar el castigo. Si la falla es muy grave, pueden ser expulsados.
También el uniforme que portan los oficiales de Dios tiene varias simbologías:
"Portamos esta estrella de pecho, que es una estrella muy parecida a la que usan muchos policías en el país. Cada una de las siete aristas o siete picos representa para nosotros las coronas que Dios promete para quien le sirve. Posteriormente, aquí dentro viene el nombre de nuestra organización, Comisión Nacional Celestial de Seguridad, la cinta tricolor que representa a nuestro país, la cruz que para nosotros representa el regalo de la gracia, representa el sacrificio que dios hizo por la humanidad, la palabra de Dios que es por lo que nosotros nos regimos para nuestro actuar diario", explicó Eduardo Aguilera González.
Varias corporaciones de seguridad del país tienen entre sus filas a mandos ligados a la policía celestial. De acuerdo con Eduardo Aguilera González, esta demostrado, con datos publicados en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que los municipios vigilados por uniformados cristianos cuentan con bajos índices de criminalidad.
La policía celestial firmará en las próximas semanas un convenio con la Secretaría de la Defensa Nacional para apoyar en tareas de pacificación del país.
"Tenemos lugares que está probado, cómo la incidencia delictiva, una vez que comienzan a trabajar uno de nuestros policías celestiales, comienza ir a la baja después de cierta temporada, los policías que están activos en alguna corporación siguen con su arma, pero su primera arma es la Biblia", aseguró Eduardo Aguilera González.
"Evidentemente no dejamos de hacer lo que nos toca hacer como autoridades encargadas de cumplir y de hacer cumplir las leyes, pero también, tenemos una fuerte conexión con Dios a través de la oración, de la alabanza que como policías cristianos tenemos para poder orar por las comunidades donde cada uno nos desempeñamos", agregó.
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Se cuentan por cientos los casos de éxito de policías que han transformado sus vidas, dejando atrás adicciones. Juan Carlos Barrera Cruz es un militar retirado que sirvió en el Estado Mayor Presidencial con Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.
Tras la muerte de su madre y la infidelidad de su esposa, entró en una profunda depresión que lo llevó a consumir alcohol y drogas, e incluso hasta atentar contra su vida.
"Durante dos años y medio intento suicidarme en dos ocasiones. La primera ocasión me amarró a una cuerda y se romper mi cuerda, la segunda ocasión conozco por cuestiones del ejército el manejo de armamento, tengo una arma y resulta que se encasquilla el arma; en ese momento, tristemente de decir ni allá arriba me quieren".
Asegura que la reflexión le llegó de golpe, cuando escuchó la voz de Dios y tras ver a su madre en un sueño.
"Toco fondo. Cuando por primera vez escuchó la voz de Dios fue cuando desperté de ese sueño y escuchó la voz de Dios decirme, hijo no te preocupes no vas a estar solo, siempre voy a estar contigo", recordó Juan Carlos Barrera Cruz.
"Detrás de un uniforme hay un ser humano, hay sentimientos, hay amor, dolor, hay coraje, hay miedo", reconoció Juan Carlos Barrera Cruz.
EHR