Desde hace ocho años, Norely Guzmán lucha por recuperar los restos de su hermano Arturo Guzmán, fallecido en calles del centro de Tijuana por una enfermedad.
El cadáver fue sepultado en una fosa común, de bajo de quince cuerpos en el panteón 13 de Tijuana. "En esas fosas se manejan 20 cuerpos creo, él está bajo 15 cuerpos y las autoridades nunca nos notificaron que ya había fallecido, hasta que lo encontré en una página de periciales, en internet".
Si quieren recuperar el cadáver tienen que pagar alrededor de 50 mil pesos a una funeraria para que un sepulturero haga el trabajo; las autoridades estatales le dijeron que en diciembre, una vez que se tenga presupuesto, le podrían ayudar a cubrir los gastos de inhumación.
"Creo que va a haber cambio de gobierno y lo que ellos prometieron es que en diciembre ellos van a cubrir con los gastos, porque creo que está arriba de 50 mil pesos lo que nos cobraron a nosotros", dijo Norely Guzmán.
Los sepultureros cobran en promedio 2 mil 500 pesos por cada cuerpo que tienen que manipular para rescatar el cadáver identificado. Cuando las familias no pueden pagar la inhumación, los colectivos escarban las fosas.
Las autoridades le dijeron que quizás no será posible entregarle el cuerpo completo, debido a que los cadáveres que están en la fosa ya son restos óseos y se mezclaron. Será necesario practicar exámenes de ADN a las osamentas para establecer su identidad.
"Lo depositaron en una caja de madera comprimida y será muy difícil que me los entreguen porque ya están todos mezclados, todos todos los huesos, todos los restos de todos los que están ahí están mezclados, ahora les vamos a exigir que nos ayuden con un antropólogo o con exámenes de ADN", explica Norely.
Una vez que recuperen el cuerpo de Arturo, los restos serán llevados a Guadalajara, de dónde era originario.
Norely Guzmán, además de luchar por recuperar el cuerpo de Arturo, también busca a su hermano Candelario, desaparecido desde el 11 de septiembre del 2011 y teme que también sus restos estén en una fosa.
"No descarto que esté mi hermano en una fosa y que las autoridades no quieran darme información hasta que no me entreguen a mi otro hermano que está en la fosa".
Por si fuera poco, la Fiscalía de Baja California le niega acceso a la carpeta de investigación de su hermano. "Desde ese entonces nosotros no hemos tenido ninguna noticia, no sabemos nada de él porque su expediente ni siquiera me lo han entregado desde que yo se los pedí".
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El fiscal central de Baja California, Hiram Sánchez, reconoció que existe revictimización con el trato que le dan a los cadáveres. "En este año han salido poco más de 400 cuerpos a la fosa común, cómo opera, con un número de cuerpos uno arriba del otro, creo que son siete los que están en la misma fosa de ahí la complejidad de cuando se requiere un cuerpo en una fosa, hay una revictimización ahí", indicó.
Desde el 2018, la violencia Baja California se ha disparado exponencialmente. El Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, disputando la venta de droga al menudeo.
“Hemos establecido como móvil, que el 75 y 80 por ciento de los crímenes es el narcomenudeo, el narcomenudeo y la delincuencia, están identificados en las carpetas de investigación", explicó.
La mayoría de las víctimas son personas jóvenes; hombres y mujeres que defienden su punto de venta de drogas hasta la vida. "La coordinación ha permitido disminuir la violencia, ahorita en datos preliminares porque confluyen mes, nos hablan de 134 asesinatos en Tijuana en el mes de septiembre y eso nos ubicaría, de confirmarse, que desde el 2017 se cometieron 132 homicidios, como el de menor incidencia", indicó el fiscal.
DMZ