A ocho meses de la desaparición de Isabel López Reyes, un campesino de Tlaxcoapan que acudió a la central a vender su cosecha, todavía no hay pistas sobre su paradero, sin embargo, su familia ha sufrido estafas por parte de personas que dijeron que las apoyarían en su búsqueda.
El 8 de noviembre de 2020 López Reyes acudió, como desde hace 30 años, a la Central de Abastos situada en la delegación Iztapalapa, Ciudad de México, para ofrecer su producto, en esta ocasión cilantro, y con el dinero producto de esa cosecha sostener económicamente a su familia.
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En ese punto de venta estuvo el campesino de 45 años de edad por varias horas, y fue durante la madrugada del 9 de noviembre cuando se retiró del complejo, de acuerdo a la información que les han proporcionado los comerciantes a los familiares.
Desde ese momento no hay más rastros de su paradero, a pesar de que su familia ha hecho todo lo posible por localizarlo, con y sin apoyo de las autoridades, y enfrentando incluso estafas de personas que se aprovecharon de su dolor.
La estafa a familia de hombre desaparecido
Sus familiares señalaron que luego de su desaparición, una persona los “conectó” con un hombre que dijo tener acceso a los vídeos de los C5, por lo que les ofreció conseguir el material para ubicar a través del sistema de videovigilancia de la Ciudad de México al campesino.
El hombre les solicitó una fuerte cantidad, la cual le entregaron por la desesperación y el dolor por obtener información sobre su familiar; pero después de entregarle el dinero, el sujeto comenzó a darles pretextos, por lo que se percataron que los había estafado.
También dejaron de pagar el abogado que les llevaba su caso por la falta de resultados, y porque en la fiscalía les indicaron que no era necesario que un representante legal acudiera a solicitar informes de la investigación, pues ellos directamente lo podían hacer y así garantizar que efectivamente alguien acudiera a solicitar avances.
Ahora, aproximadamente cada mes, desde hace ocho, acuden ante la fiscalía para que les informen si hay algún avance; hasta el momento no hay ninguno, dicen, pero no pierden la esperanza y por ello insisten por las vías oficiales.
Pero también por su cuenta realizan una búsqueda alterna, volanteando, pidiendo información. López Reyes, quien al momento de su desaparición tenía cabello corto, lacio y color negro, con ojos color café claro, pesaba 82 kilogramos y con una altura de un metro con 80 centímetros, desapareció junto con su camioneta marca Ford, submarca F250, color azul marino, con matrícula de circulación NEM-10-41, del Estado de México.