De Juan Gabriel a El Recodo: los artistas señalados de amenizar las fiestas del Cártel de Guadalajara

Las millonarias ganancias que el tráfico de drogas dejó para Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca les permitió llevar un ostentoso estilo de vida, cuyo precio pagaron con su libertad.

El Cártel de Guadalajara contrató a grandes grupos musicales para amenizar sus fiestas | Milenio
Anel Tello
Ciudad de México /

A finales de la década de los 70’s la capital del estado de Jalisco fue testigo de la creación y ascenso de la que fue considerada como la primera gran organización delictiva de México: el Cártel de Guadalajara.

Fue en la también llamada Perla Tapatía que tres sinaloenses vieron la oportunidad perfecta para establecer su base de operaciones de tráfico ilegal de marihuana y cocaína a Estados Unidos, negocio que poco a poco comenzó a dejarles ganancias millonarias.

Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo -líderes del cártel- no sólo coordinaban actividades de cosecha de marihuana sino que también establecieron alianzas con organizaciones delictivas de Colombia, país desde donde exportaban toneladas de cocaína. 

El Cártel de Guadalajara se caracterizó también por la meticulosa y amplia red de corrupción que se encargaron de tejer entre autoridades de los tres niveles de gobierno. 

El Jefe de Jefes, El Narco de Narcos y Don Neto fueron los líderes del Cártel de Guadalajara. | Especial

Desde jefes policiales locales y hasta ex presidentes figuraron en la nómina del Cártel de Guadalajara, no obstante y para no dejar de lado la diplomacia, los millonarios sobornos eran pactados en ostentosas reuniones que los líderes criminales organizaban en hoteles o inmuebles de su propiedad.

Diversos trabajos periodísticos han narrado con el paso de los años como la crema y nata de la política, la farándula y el narco se reunían en fiestas que tenían como protagonistas armas, drogas y excesos.

Y es que, como buenos anfitriones, los jefes de la organización delictiva también buscaban atender a sus invitados con todos los lujos que el estatus que construían sobre sí mismos ameritaba, el cual contemplaba también a los artistas y grupos más populares de la época.

Las fiestas del Cártel de Guadalajara

La capital de Jalisco tuvo un desarrollo importante durante los años 80's (Milenio)

El crecimiento y desarrollo económico que llegó a la capital jalisciense durante los años 80’s fue proporcional a los millonarios ingresos que Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, sus socios y trabajadores acumularon por el tráfico de drogas a Estados Unidos.

Poco a poco, Guadalajara fue convirtiéndose en una de las ciudades más importantes del país y en la sede de llamativos eventos que contaron con invitados de lujo, muchos de ellos organizados por los líderes del Cártel de Guadalajara.

Con autoridades de los tres niveles de gobierno compradas, algunos oficiales llegaron a convertirse en escoltas personales de grandes capos, tal y como fue el caso de Jorge Godoy y Ramón Lira, quienes estaban adscritos a la sección de investigación de homicidios de la Policía Judicial de Jalisco.

De acuerdo con información recabada por Anabel Hernández, ambos uniformados formaron parte del cuerpo de seguridad de Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, por lo que estuvieron presentes en algunos de los eventos más exclusivos de la organización delictiva.

En su libro Emma y las otras señoras del narco, la reconocida periodista recabó los testimonios de Jorge Godoy y Ramón Lira, los cuales describieron las fiestas de Don Neto y Rafael Caro Quintero como famosas y fastuosas.

Según su relato, a los eventos del Cártel de Guadalajara llegaban invitados de todas partes de la República Mexicana e, incluso, sus socios colombianos.

Manuel Bartlett, director general de CFE. Foto: (Especial)

Personajes como Ismael El Mayo Zambada o el mismo Pablo Escobar disfrutaban de los eventos sociales más aclamados de la época y compartían la experiencia con políticos de la talla de Enrique Álvarez del Castillo -ex gobernador de Jalisco- y “al menos una vez” Manuel Bartlett.

Entraba muy soberbio, no hablaba ni nada, traía a sus guaruras y el de la puerta ya sabía que ellos eran invitados. Nadie le preguntaba nada. Él no platicaba nada”, describió uno de los testigos de las fiestas a Anabel Hernández sobre el actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Los grupos y artistas que amenizaban las fiestas

A lo largo de la historia del narcotráfico en México, diversas personalidades del mundo del espectáculo han sido vinculadas a grandes líderes criminales.

Aunque son las relaciones sentimentales entre capos y modelos o actrices las que suelen atraer más la atención mediática, lo cierto es que también cantantes o agrupaciones han estado en la mira de autoridades mexicanas y estadunidenses por acudir a amenizar las fiestas de grandes cárteles.

Desde Chalino Sanchez y hasta el actual fenómeno de los corridos tumbados, Peso Pluma, han sido vinculados a distintas organizaciones delictivas que operan en el país. Si bien algunos se limitaron a ofrecer shows privados a líderes criminales, en otros casos se ha especulado que su relación se extiende hasta otro tipo de operaciones como el lavado de dinero.

Cantantes como Valentín Elizalde o Jenni Rivera influyeron también en que el regional mexicano fuera catalogado como un género “históricamente” vinculado a la delincuencia organizada, una premisa que tiene como precedente los gustos que tenían los principales líderes del Cártel de Guadalajara.

Testimonios recabados por Anabel Hernández dan cuenta de que las fiestas organizadas por Don Neto y Rafael Caro Quintero eran amenizadas constantemente por las agrupaciones más famosas de la época, tal y como lo eran la Banda El Recodo de Cruz Lizárraga, el Mariachi de Tecalitlán o el mismo Juan Gabriel.

El día que Juan Gabriel besó a Pablo Escobar

El Divo de Juárez amenizó algunas fiestas de Don Neto | Fototeca Milenio

La carrera artística del también llamado Divo de Juárez se disparó al mismo tiempo que el Cártel de Guadalajara dominaba el tráfico de drogas en México y Estados Unidos, una extraña coincidencia que lo puso en la mira de los líderes de la organización delictiva.

En su libro Emma y las otras señoras del narco, Anabel Hernández reconstruyó un peculiar encuentro que el intérprete de ‘Querida’ tuvo no solo con Ernesto Fonseca Carrillo y sus cómplices sino también con el peligroso -y famoso- narcotraficante colombiano Pablo Escobar.

Juan Gabriel fue contratado para amenizar una de las famosas fiestas del Cártel de Guadalajara celebrada en el rancho La Herradura, el cual está ubicado en la carretera que conduce al Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en el pueblo de Atequiza.

El Divo de Juárez interpretaba sus más famosos éxitos como si se tratara de un show cualquiera, no obstante, el festejo dio un peligroso giro de 180 grados luego de que un acompañante del colombiano le realizó una extraña petición al cantante.

Según el relato de Ramón Lira recuperado por la reconocida periodista, uno de los acompañantes de Pablo Escobar -quien solía jugarle bromas pesadas- le ofreció un millón de dólares a Juan Gabriel por darle un beso en la boca al capo colombiano.

La broma intimidó al Divo de Juárez e inteligentemente se negó en un principio, no obstante, al sentir la intimidación del compañero de Escobar accedió y sorpresivamente le plantó un beso en los labios al fundador del Cártel de Medellín.

Pablo Escobar, el célebre narcotraficante colombiano de los años ochenta.Reuters

En una rápida reacción, el capo colombiano desenfundó su pistola al igual que Don Neto, sin embargo, el autor intelectual de la broma intervino para decirles que todo había sido idea suya, por lo que el líder del Cártel de Guadalajara soltó una carcajada y Pablo Escobar una risa incómoda.

Juan Gabriel no terminó su show aquella noche y se retiró del lugar antes de que el poderoso capo colombiano cambiara de opinión.

El Cártel de Guadalajara quedó grabado en la historia del narcotráfico en México como el punto de origen de otras organizaciones delictivas que operan en México, no obstante, tras el asesinato del agente especial de la DEA, Kiki Camarena, sus principales líderes pagaron su vida de lujos con su propia libertad.

ATJ

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