Paulette se dirigía a su trabajo en la alcaldía Cuajimalpa el 19 de agosto, por lo que solicitó un taxi a través de la aplicación Uber. Al punto de partida llegó un Volkswagen Vento con placas U02NNF.
La joven de 28 años corroboró que se tratara del mismo vehículo que la aplicación le había mostrado, además de las placas. Una vez que confirmó la información subió al automóvil, cuyo conductor llamado Salvador la saludó e inició el viaje; sin embargo, en el camino bajó el retrovisor y presuntamente comenzó a masturbarse.
Eran cerca de las 09:32 horas cuando el socio conductor inició el viaje, desde la alcaldía Álvaro Obregón a Santa Fe, donde llegó a las 09:59 horas, según el registro de la aplicación. Inicialmente, Paulette no notó algo raro hasta que unos minutos después observó que el hombre la veía y se hacía tocamientos sexuales, pero ella por miedo a que no la dejara bajar o le fuera a hacer daño, en ese momento evitó gritar y llegó hasta su destino pagando 119.99 pesos.
La mujer informó por teléfono a su novio sobre lo que pasaba y activó los mecanismos de seguridad de la aplicación como grabar el audio y marcar al número 911, pero eso no funcionó ya que, asegura, no fue asistida de manera inmediata por el personal de la aplicación de de alguna autoridad.
“En una parte del trayecto, yo venía con los audífonos platicando con mi novio por teléfono. Me volteo y me doy cuenta de que el conductor me está viendo por el retrovisor y se está tocando. Entonces en ese momento yo me imaginé que quizás no era lo que estaba pensando y que a lo mejor era como erróneo, pero le comenté a mi novio y le mandé un mensaje porque no se lo podía decir por llamada (…) vi que él ajustó su retrovisor y que me empezó a ver y cuando lo volteo a ver fijamente, me parece muy extraño porque trae la mano todo el tiempo en su pierna haciendo unos movimientos muy extraños y ahí fue cuando me imaginé que se estaba masturbando ”, contó Paulette a MILENIO.
Paulette optó por grabar al conductor y recuerda que al apretar el botón del 911, la llamada para contactar a las autoridades no fue enlazada, ella relata que le daba miedo marcar directamente a la línea de emergencia pues el auto traía los seguros puestos y ella no sabía si la dejaría bajar.
Al llegar al Tec de Monterrey de Santa Fe, buscó si alguna patrulla estaba cerca para pedir apoyo, pero ninguna unidad de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SS) de la Ciudad de México estaba a la vista, por lo que le comentó a una compañera del trabajo si podía enviarle un policía a la entrada del trabajo, pero en ese momento el elemento de seguridad de la empresa donde labora estaba ocupado.
“Me tuve que esperar a que la persona terminara de tocarse y que me dejara en mi destino, porque si yo hubiera hecho un escándalo, si le hubiera gritado ahí o si le hubiera pedido que me bajara antes, a lo mejor corría el riesgo de que no quitara el seguro y que no me dejara bajar, entonces inmediatamente cuando llegué a mi destino, ni siquiera se pudo frenar bien, yo me bajé corriendo y a él le entró otro viaje y se fue”, relató.
La joven recibió un mensaje de Uber en el que indicaba que había apretado el botón del 911 por lo que querían saber si todo estaba bien, además relata que durante la evaluación del conductor sólo le dio una estrella por mostrar “una conducta inapropiada”, además señala que el pago del viaje no le fue devuelto.
Ante lo ocurrido, la mujer decidió dar a conocer su caso en redes sociales y la aplicación le respondió que revisarían la situación, pero debía compartirles su nombre completo registrado en la aplicación, número telefónico y correo asociados a su perfil en la misma, y así “a partir de ahí, podremos revisar el caso a detalle”, no obstante, ella comentó que la empresa sólo le enviaba “el mismo mensaje automático por diversos medios como el correo y la app”, de manera que cuestionó la respuesta de Uber y manifestó que una llamada de servicio para dar seguimiento sería lo correcto.
La empresa le contestó que la llamarían, y el mismo sábado le comentaron que el caso había sido escalado a un equipo especializado, de manera que le pidieron que estuviera al pendiente de su correo electrónico y de la aplicación.
De acuerdo con la conversación con el equipo de soporte técnico, Uber la contactó a su teléfono, pero no hubo respuesta, pidiéndole que les compartiera otro número y la buscarían en las próximas 48 horas, pero no ocurrió eso y fue la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México quien la contactó primero toda vez que los había arrobado en su cuenta de Twitter para denunciar los hechos.
Fue entonces que Paulette recibió el apoyo de la fiscalía capitalina para iniciar una denuncia digital. Posteriormente Uber le llamó hasta el 21 de agosto ofreciéndole una disculpa por el incidente y le preguntaron que si deseaba proceder legalmente, a lo que ella respondió que sí, de manera que el caso sería revisado con las autoridades correspondientes.
Uber indicó a MILENIO que el conductor, quien llevaba tres meses y un raiting de 4.71—según el perfil de la aplicación—, fue inhabilitado de forma definitiva y reiteró su disposición de colaborar con las autoridades en la investigación.
"La situación reportada es inaceptable. Desde el primer momento activamos nuestro protocolo de respuesta a incidentes, que incluye la investigación del caso y el soporte a la usuaria afectada. En consecuencia, y atendiendo lo establecido en nuestros términos y condiciones, el acceso a la cuenta del socio conductor involucrado fue inhabilitado de forma definitiva. Reiteramos nuestra disposición a colaborar en el marco de una investigación y mediante solicitud en nuestro portal de uso exclusivo, lo cual hemos expresado también a las autoridades correspondientes”, informó Uber a MILENIO.
VRM