Las chelerías en las colonias de Ciudad de México son un imán para la comisión de faltas cívicas y hechos delictivos. Y lo más preocupante para la autoridad, están cerca de las escuelas.
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De acuerdo con un informe del Consejo Ciudadano, en cuanto empiezan a funcionar estos sitios en las calles de la capital se disparan los reportes de faltas cívicas, riñas y venta de drogas.
Además, otros problemas más graves, aunque en menor medida, como acoso callejero, robo de autopartes e incluso presencia de grupos criminales de alta peligrosidad.
En lo que va del año se han denunciado 381 establecimientos de venta irregular de bebidas alcohólicas, más de la mitad ubicadas en cinco delegaciones: Iztapalapa (21.9 por ciento), Cuauhtémoc (11.4 por ciento), Gustavo A. Madero (10.8 por ciento) Álvaro Obregón (10 por ciento) y Venustiano Carranza (8.6 por ciento).
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De todas las chelerías, casi 80 por ciento están cerca de escuelas primarias, secundarias,preparatorias y universidades. Y en la misma proporción son irregulares.
“El tema de las chelerías es que representa una forma de irregularidad que con frecuencia, que como lo hemos dicho en relación con la normatividad urbana, violenta cierto ordenamientos de urbanidad, civilidad y de respeto por principios básicos de convivencia.
“Éstos elementos, particularmente las riñas y otros factores se dirigen a fracturar la posibilidad de convivencia pacifica de las personas, respecto de donde se encuentran las chelerías”, explicó el titular del Consejo Ciudadano, Salvador Guerrero.
Peor aún, la cifra negra de chelerías en la ciudad es de 90 por ciento, es decir solo una de cada 10 es denunciada por los ciudadanos. Es por ello que el Consejo Ciudadano mantiene abiertas las líneas de denuncia par erradicar este fenómeno que va al alza.
Además, Guerrero afirmó que es necesario desmontar la idea entre los jóvenes que tener una chelerías cerca de su entorno es benéfico para ellos, pues la mayoría de quienes denuncian tienen entre 31 y más de 50 años.
“Es un desafío constante tanto para los ciudadanos que deben de denunciar como para la autoridad que debe supervisar y vigilar el cumplimiento de la norma que dejaran de existir”, abundó.
Y aunque ya existe una regulación para frenar la proliferación de chelerías en la capital, el reto es mantenerlas al margen porque se ha detectado que casi un tercio de las ya detectadas están migrando a casas para continuar vendiendo alcohol.
“Sin embargo, está la capacidad de adaptación de las personas que están a cargo de las chelerías que las han desplazado ligeramente, porque solo es un tercio del total a casa habitación”, señaló.
RLO