El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el “cártel mejor armado de México”, advirtió este lunes el Departamento de Justicia de Estados Unidos, además de señalarlo de contribuir a “un catastrófico rastro de destrucción humana”.
“Sus miembros están dispuestos a enfrentar a los cárteles rivales, e incluso, a las fuerzas de seguridad del gobierno mexicano. El CJNG es responsable de horribles actos de violencia y pérdida de vidas”, abundó al respecto la justicia estadounidense.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, el CJNG es responsable de contrabandear toneladas de cocaína, metanfetamina y heroína con fentanilo a Estados Unidos. Además de ser un prolífico productor de metanfetamina e importador de productos químicos, que utiliza como precursores, los cuales adquiere en China e India. “CJNG es uno de los cárteles mexicanos más poderosos que operan dentro de los Estados Unidos”, reveló.
Lo anterior se desprende del anuncio que hizo la justicia estadunidense respecto de la presentación de cargos en un tribunal en San Diego, California, en contra de cuatro integrantes de alto perfil de la organización que tenían en Baja California su base de operaciones.
Se trata de Edgar Herrera Pardo, conocido como El Caimán, al que se le señala de ser el presunto líder de la célula del CJNG conocida como Los Cabos, la cual operaba principalmente en las ciudades de Tijuana y Tecate.
Entre los señalados como líderes de Los Cabos en el caso 19CR1274-BAS por la justicia estadunidense también están Carlos Lorenzo Hinojosa Guerrero, Cabo 96 o C96, y Edgar Pérez Villa también conocido como Cabo 89 o Nier.
Mientras que Israel Alejandro Vázquez Vázquez, también conocido como Cabo 50, enfrenta cargos en una investigación paralela etiquetada bajo el número de caso 21CR0861-BAS.
“Durante demasiado tiempo, cárteles poderosos han infligido una violencia indescriptible en Tijuana, una ciudad que está justo al lado de San Diego (…) Continuaremos nuestra campaña para poner fin al reino de terror de los cárteles y detener el flujo de drogas a través de la frontera procesando a los líderes y agentes de la ley (corruptos) del más alto rango”, dijo el fiscal federal interino, Randy Grossman, tras la revelación de las acusaciones y respectivas órdenes de arresto en contra de estos cuatro líderes del CJNG.
Grossman también agradeció a la Fiscalía General de la República (FGR), que, de acuerdo con el fiscal interino, brindó una asistencia significativa a esta investigación en contra del CJNG.
Los cuatro líderes de Los Cabos enfrentan cargos de conspiración para distribuir sustancias controladas con el propósito de importación ilícita hacia los Estados Unidos, principalmente heroína y metanfetamina, por los que podrían pasar en prisión entre un mínimo de 10 años y un máximo de cadena perpetua, además de ser obligados a pagar una multa de 10 millones de dólares cada uno.
Las investigaciones en su contra lideradas por la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) sostienen que Los Cabos hicieron uso de violencia desenfrenada para garantizar que el CJNG asegurara el control de Baja California y mantuviera la capacidad de traficar drogas desde Tijuana hasta San Diego.
Las indagatorias incluyeron intercepciones autorizadas a un chat grupal que era operado por los líderes de la célula delictiva por poco más de seis meses. Mientras las autoridades estadunidenses espiaron en sus teléfonos los acusados, presuntamente, planearon el asesinato de más de 150 personas, la mayoría de los cuales ocurrieron en Tijuana.
“El sangriento reinado de terror de Los Cabos incluyó el asesinato de dos adolescentes ciudadanos estadunidenses en Tijuana en noviembre de 2018, alega el gobierno. Estos adolescentes eran residentes de Chula Vista. El gobierno también alega que Los Cabos apuntó a la policía en Tijuana, matando al menos a tres policías”, subrayó el Departamento de Justicia en las acusaciones.
Se sabe que El Caimán fue detenido por agentes de la FGR en San Luis Potosí en agosto de 2019, mientras que El Cabo 89 fue detenido caminando en las calles de Tijuana en octubre de 2020. Del Cabo 50 y el Cabo 96, hasta ahora, se desconoce su paradero.
En Tijuana, y algunas ciudades aledañas como Tecate y Mexicali, indispensables todas para el tráfico de estupefacientes y personas hacia Estados Unidos según documentos de la DEA, el CJNG mantiene una disputa abierta por el control territorial contra organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el cártel de los Arellano Félix.
La violencia ha alcanzado tales niveles que en abril pasado el consulado general de Estados Unidos en Tijuana emitió una alerta de seguridad para todos sus connacionales que viajen a Mexicali, Baja California, por la violencia desatada tras enfrentamientos de cárteles rivales en la zona.
RLO