Comienza el recuento de daños en San Juanico

Las campanas de la iglesia de San Juanico sonaron por tercer día consecutivo, pero ayer no fue para advertir al pueblo de alguna emergencia, como en los dos días anteriores.

Este martes, representantes de los gobiernos del Estado de México y de CdMx comenzaron el proceso para reparar el daño a las decenas de afectados por los abusos cometidos por la policía capitalina.

Primero, pobladores y autoridades se reunieron para dar a conocer los acuerdos alcanzados la noche del lunes con el jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva.

Enseguida, los habitantes de San Juan Ixhuatepec reprocharon la falta de apoyo de las corporaciones policiacas del estado y del municipio de Tlalnepantla durante la irrupción de los uniformados capitalinos.

“De ahora en adelante qué seguridad vamos a tener, porque la verdad nos han agredido tremendamente y no vimos policía, no vimos un apoyo”, recriminó Carmen Pérez.

Los vecinos de San Juanico también aprovecharon la asamblea para deslindarse de nueva cuenta del bloqueo de la México-Pachuca y del ataque a la Policía Federal durante la liberación de esta autopista.

“¿Cómo vamos a quedar nosotros de ahora en adelante? Muchos somos trabajadores, no somos delincuentes”, expuso América Marín, policía auxiliar del Estado de México, cuyo esposo, un ex militar, fue golpeado.

“Ahora nosotros somos los rateros, ahora somos los que empezamos a agredir a la gente, cuando no fue así”, abundó.

Personal del gobierno del Estado de México rechazó que el pueblo vaya a ser estigmatizado; sin embargo, pidió denunciar a los responsables de la inseguridad en San Juan Ixhuatepec.

“A muchos de ustedes no los vemos como mucha gente piensa, ni son delincuentes, es gente luchadora, lo sabemos. Ustedes son los que viven aquí, ustedes saben quiénes son los que roban, ustedes saben quién es la gente que le hace daño a la propia comunidad”, aseveró Juan Carlos Márquez, representante de la Subsecretaría de Gobierno.

Mientras que el párroco de la comunidad les pidió no tomar justicia por su propia mano. “La ley no es que vengamos aquí y matemos a alguien aquí y ya, y hagamos destrozos, ¿para qué?, violencia con violencia no se lleva", enfatizó el cura Felipe Guzmán.

Unos minutos más tarde, autoridades y vecinos comenzaron un recorrido por todo el pueblo para levantar un censo de las casas dañadas. Se dividieron en tres grupos para completar todo punto donde tuvieran noticias de daños.

Los peritos de la fiscalía estatal hallaron desde vidrios rotos en ventanas y automóviles, hasta manchas de sangre en paredes e incluso marcas de bala.

Tomaron fotos con su teléfono celular y con una cámara profesional. También apuntaron cuanto los vecinos enumeraban.

Asimismo, las autoridades encontraron en cama a personas con múltiples golpes en el rostro y en el cuerpo, vendadas o con collarín, pero todas con la misma exigencia. “Yo nada más lo que pido es justicia”, puntualizó Yanet Hernández.