La alerta llega al número de emergencias 911. Saben que irán con el riesgo de contagiarse, pero no bajan la guardia cuando se trata de atender hasta 100 casos de coronavirus al día. Alistan su equipo: un traje taiber, mascarilla, guantes, careta y lentes, además de insumos médicos para la emergencia.
Seguros de sí abordan una moto o ambulancia para dar la atención a personas con covid-19. Son los paramédicos del Escuadrón de Emergencias Médicas (ERUM) de la Ciudad de México, quienes ahora se suman para hacer frente a la pandemia.
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María José de la Cruz, paramédica de 21 años, dice estar contenta por poder servir a la ciudadanía apoyando ante esta emergencia sanitaria, pero reconoce no es una tarea fácil; sin embargo, lo hace con pasión. Ella forma parte de los 79 egresados en mayo de la Universidad de la Policía de la Ciudad de México (UNIPOL)que apoyan a la población en tiempos de pandemia.
Durante el curso de preparación, cuenta, fue algo complicado tener más clases en línea que presenciales en esta academia, en la que tomó un curso policial básico, de atención a pacientes traumatizados, pacientes enfermos, labor de parto y pacientes con covid-19, pero previo a ello ya tenía conocimientos generales como enfermera técnica, y el 18 de mayo, fue su primer día en campo como parte del ERUM y tuvo que atender un caso de coronavirus.
“Mi primer día fue con traslado de covid-19 y la verdad fue completamente complicado traer el equipo de seguridad y pues es muy pesado en todos los sentidos. Primero te equipas para ir al lugar, fue por la Merced. Llegamos y el paciente no estaba tan grave y los trasladamos. Se subió a la ambulancia y se metió a la cápsula por sus propios medios, así lo decidió porque la familia no quiso que lo tocáramos. Al llegar al hospital de inmediato fue admitido; era un hombre de 46 años con obesidad”, cuenta a MILENIO.
"La gente se espanta cuando ven la cápsula"
Alejandro Villegas Ruíz, subdirector de Capacitación y Vinculación del ERUM, confía en que así como María José, cada uno de los egresados “están muy emocionados y muy entusiasmados y para ellos es un sueño hecho realidad el que ya estén aquí trabajando para las filas del ERUM”.
Explica que para ser parte de este grupo de atención es necesario contar con estudios básicos de enfermería en general o auxiliar de enfermería o alguna carrera afín al área médica. Ya una vez dentro en la UNIPOL se enseña todas las medidas de atención, los protocolos de evaluación y desinfección “para que los paramédicos se sientan con toda la confianza y con toda la seguridad de que van a salir a atender esta emergencia, pero con todas las medidas de seguridad y protección”.
Así como María José, otros de sus compañeros del curso ya comenzaron a atender casos de coronavirus, al menos todos y cada uno de ellos a la fecha han atenido un paciente o han transportado a un paciente con covid-19. Los traslados, dice Alejandro Villegas, son seguros con las cápsulas y con el traje taiber, las mascarilla, guantes, careta y lentes; salen con todas las medidas de seguridad y “con personal veterano que los van guiando” para atender un reporte por coronavirus.
Cuando se recibe la llamada de emergencia, primero una moto del ERUM llega a evaluar a un paciente como unidad de primer contacto. El personal entra y con un traje de protección: una bata quirúrgica, una mascarilla, los guantes, la careta y lentes.
"Dudas y nervios siempre vamos a tener"
Luego se evalúa al paciente clínicamente en su calidad respiratoria para ver que ésta no sea muy forzada y que no sea elevada, que no esté morado de sus manos y labios, se le toma la temperatura con un termómetro infrarrojo y con un oxímetro de pulso se revisa su nivel de oxígeno en sangre, que debe estar arriba de 92 o 94 por ciento en una persona normal, pero si está por debajo de 85 y tiene dificultad respiratoria se pide la unidad de traslado, la cual lleva la cápsula de aislamiento.
“Lo más difícil desde luego es que hay pacientes que ya evolucionan muy rápido y cuando llega la unidad a valorarlos a veces son pacientes que ya han sido diagnosticados o están confirmados con coronavirus, el cuadro se agrava y tenemos que llevarlos en condición crítica. La gente a veces se espanta cuando ven que llega personal con la cápsula y los trajes de aislamiento, hay un rechazo hacia el personal y de repente la gente se puede poner un poco difícil por la incertidumbre.
“Hay gente que agradece la atención y en todo momento les explicamos por qué se está utilizando la cápsula y los trajes para que no se sientan mal y que esté informada y lo agradecen, pero una vez que les informa de esto lo agradecen (…) los más gratificante es enterarnos de los pacientes que salen adelante”, comenta el subdirector de Capacitación y Vinculación del ERUM.
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Ante esta enfermedad, que ha cobrado la vida de miles de personas en el país, el mayor miedo para María José y sus compañeros es el contagio, pero el amor a su trabajo les borra un poco ese sentir. “El trabajar aquí es muy satisfactorio al ayudar a las persona, pero la verdad pero me gusta lo que hago”, no obstante reconoce que aunque la situación continúa delicada, “la gente no está tomando las medidas de seguridad como deben de ser”.
“Dudas y nervios siempre vamos a tener y más porque voy empezando (…) lo que me da fuerza es mi familia, mi mamá es la que me motiva a salir todos los días a hacer mi trabajo. Miedo siempre tenemos, te puedes infectar de cualquier otra cosa, no nada más de coronavirus, hay otras enfermedades que son muy peligrosas y siempre vamos a tener ese miedo, pero lo que ahora está en su auge es el coronavirus y por lo que estamos batallando”, expresa la joven.
irh