Dañadas, 26.4 hectáreas por el huachicol

La investigación detalla que las tomas clandestinas generan derrames de hidrocarburos que no solo provocan riesgos en suelos

El Igavim advierte que los productos de la gasolina y del petróleo contienen componentes peligrosos para los seres humanos si fuesen consumidos (Agenc
Jaime Zambrano
Puebla /

En un lapso de seis años, un total de 26.46 hectáreas resultaron afectadas por el derrame de combustible por tomas clandestinas a ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en territorio poblano.

De acuerdo con el estudio “El robo de hidrocarburos en ducto: Delito enemigo del medio ambiente”, realizado por realizado a partir de solicitudes de información realizadas por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), Puebla se coloca como la tercera entidad con más terreno afectado por derrame de combustible en seis años, solo por detrás de Guanajuato con 56.68 hectáreas dañadas y Tabasco, con 58.29 hectáreas.

El reporte detalla que Guanajuato se colocó como la entidad con más tomas clandestinas y con mayor porcentaje en las que se reportaron daños por derrame de combustible. De cuatro mil 713 tomas reportadas, en 67.22 por ciento, es decir, en tres mil 168 se registraron tomas clandestinas.

La investigación agrega que de cuatro mil 467 tomas registradas en territorio poblano, en 18.94 por ciento, 846, se presentaron casos de derrame.

En tanto, en Veracruz, de dos mil 692 tomas, en 14.60 se registraron derrame; mientras que en Tabasco de mil 8, en 26.18 por ciento se presentaron problemas por la contaminación por combustibles.

El reporte del Igavim detalla que 2016 fue el año en el que se presentó la mayor extensión de territorio afectado por combustible derramado, 137 mil 112 metros cuadrados; mientras que en 2013 se registraron 52 mil 270 metros cuadrados afectados; y en 2015, 46 mil 703 metros cuadrados dañados.

La investigación detalla que las tomas clandestinas generan derrames de hidrocarburos que no solo provocan riesgos en suelos y corrientes de agua, sino también generan emisiones a la atmósfera que no están cuantificadas.

La contaminación del suelo y el agua registra un aumento como resultado de las malas prácticas en la explotación, refinación, distribución, mantenimiento y almacenamiento de petróleo crudo y sus derivados.

“Los suelos tienen propiedades físicas y químicas muy diferentes, pero además están sometidos a distintas variaciones en la humedad, el pH y las condiciones redox. El problema es que cuando un espacio se encuentra contaminado afecta a varios medios como el aire, las aguas superficiales, las aguas subterráneas, el suelo y los receptores potenciales. Además, es una contaminación dinámica porque al moverse los contaminantes en el terreno a través de las capas más permeables se facilita su dispersión y esto hace que aumente el área afectada. La tendencia de este tipo de desastres acontece principalmente en las zonas rurales, teniendo mayor efecto en las poblaciones dedicadas a la agricultura. Generalmente, a esto le acompaña el rezago socioeconómico, la pobreza alimentaria y la marginación, comunes entre las poblaciones rurales agrícolas”, detalla el estudio.

La investigación agrega que cuando se observa un derrame de contaminantes en el suelo, los fenómenos de capilaridad y gravedad los conducen hacia las aguas subterráneas, por ello, se hace necesario entender la forma del transporte.

El Igavim advierte que los productos de la gasolina y del petróleo contienen componentes de hidrocarburo tales como benceno, tolueno, y xileno que son altamente solubles y móviles en agua y pueden ser peligrosos para los seres humanos si fuesen consumidos.

“Los riesgos potenciales asociados con los derrames y fugas de combustibles al suelo y aguas superficiales y subterráneas se presentan y deben examinar se, controlarse, remediarse y restaurarse inmediatamente, lo que al día de hoy no se he hecho, por lo que aún son limitados los diagnósticos del daño causado al medio ambiente”, detalla el estudio.

El Igavim revela que Profepa reporta que de 2012 a 2017, el total de superficie de los predios contaminados por derrame de hidrocarburo de tomas clandestinas fue de un millón 809 mil 782 metros cuadrados; sin embargo; al homologar la información con los registros de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), la superficie identificada por explosiones se obtiene un total de dos millones 205 mil 815 metros cuadrados de superficie cuantificada afectada.

En todos los caos, “en el periodo de 2012 al 2017, Guanajuato fue la entidad que mayor número de sitios identificados con derrame de hidrocarburo, seguido de Puebla, Veracruz, Tabasco, Hidalgo y estado de México”.


ARP

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