Del cielo al suelo, adrenalina al tope

Crónica

Todo se mezcló en la exhibición de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en esta base militar con la que la Secretaría de la Defensa Nacional clausuró la Feria Aeroespacial México (Famex) 2019 en su tercera edición.

Más de 233 mil asistieron al espectáculo. (Cuartoscuro)
Ignacio Alzaga
Santa Lucía /

Del bramido de motores de helicópteros y aviones al estruendo de los F-5 del Escuadrón 401. Con el lema “Del cielo a la misión”, los fusileros paracaidistas se lanzaron desde 22 mil pies para tocar tierra a salvo.

De acrobacias de pilotos, que obligaron a contener la respiración, al deportista extremo que enfundado en un traje “tipo ala” surcó el cielo a más de 100 kilómetros por hora.

El asombro fue compartido lo mismo por Rafa, de ocho años, a quien su tío llevó a un espectáculo aéreo de militares mexicanos con apenas ocho meses de nacido, que por el adolescente Rigel Bolaños Montaño con sueños de aviador, que desea honrar a su tío, un piloto civil que falleció al estrellarse su helicóptero.

Todo se mezcló en la exhibición de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en esta base militar con la que la Secretaría de la Defensa Nacional clausuró la Feria Aeroespacial México (Famex) 2019 en su tercera edición.

En este lugar, donde se proyecta el nuevo aeropuerto, se desarrolló sin incidentes el espectáculo al que asistieron más de 233 mil personas y en el que volaron 39 aviones y 13 helicópteros.

De fondo temas musicales ad hoc: “Jump” y el de la afamada serie Misión Imposible, pero no faltó, al final, el toque nacionalista: “Huapango de Moncayo”.

El general de División Manuel de Jesús Hernández agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador y al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, el apoyo a la feria y a la exhibición aérea.

“El objetivo más importante de nuestro instituto armado es el bienestar del pueblo de México, es precisamente con eventos como la Feria Aeroespacial que se favorece el impulso del desarrollo económico del país al generar empleos y promover la inversión extranjera”, puntualizó.

Los más aplaudidos fueron los paracaidistas militares y deportivos, los pilotos del equipo acrobático del Colegio del Aire y los de los aviones de los F-5, los tigres del aire, que sorprendieron con el estruendo de sus turbinas a reacción que permiten alcanzar velocidad de 800 kilómetros por hora.

Pese al entusiasmo de la mayoría del público, particularmente niños, otros expresaron su temor por que la política de austeridad del gobierno y la construcción del aeropuerto puedan ocasionar que termine el “show”.

Para calentar motores, antes del inicio formal de la exhibición, participó un avión A-10 Thunderbolt, una maravilla de la ingeniería aérea del Ejército de EU, que sorprendió a todos.

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