El 18 de julio de 2020 fue la última vez que Aracely y María de los Ángeles vieron a sus hijos de 17 y 19 años de edad, Daniel Rodríguez Sandoval y Bryan Eduardo Medina Carrillo, desaparecieron en el municipio de Teocaltiche.
Los jóvenes son amigos y vecinos de toda la vida. La colonia tapatía de Balcones de Oblatos los vio crecer. Daniel, estudiaba la secundaria y Bryan no salió en listas en la preparatoria así que trabajaba en el negocio familiar recolectando chatarra a bordo de una camioneta. Solía recorrer diversos municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara con el objetivo de ahorrar para poner un negocio y salir adelante mientras entraba a la prepa.
La mañana de ese sábado 18 de julio Bryan invitó a Daniel a recolectar chatarra, a cambio de un dinero extra. Ambos, salieron con rumbo al municipio de Teocaltiche con la esperanza de conseguir cosas que pudieran revender. Pero Bryan y Daniel nunca volvieron a casa.
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“Es un muchacho trabajador que me ofusca el saber que por ir a trabajar nomas gente no los dejó regresar”, comentó María de los Ángeles Carrillo Hernández, madre de Bryan.
“No me importa quienes son las personas que lo tengan, simplemente quiero a mi hijo de regreso a mi casa, quiero verlo llegar, quiero verlo, abrazarlo y darle muchos besos, todos los que no le he podido dar”, añadió Aracely Rodríguez Sandoval, madre de Daniel.
El caso de Bryan y Daniel acaparó la atención mediática porque familiares y amigos realizaron manifestaciones y paralizaron el tráfico en avenida Javier Mina y Juárez.
Ni la lluvia fue impedimento para manifestarse también afuera de las instalaciones de la Fiscalía del Estado.
Su ímpetu por exigir a la Fiscalía la búsqueda de Daniel y Bryan los llevó hasta Casa Jalisco, la residencia del gobernador, donde el 29 de julio de 2020 Enrique Alfaro prometió a la familia que los buscaría.
“Este asunto por supuesto que es importante y va a tener consecuencias, estamos apretando y voy a estar buscándolos hasta que los encontremos y voy a hacer todo lo que pueda. Yo hoy me reuní con el fiscal y espero que esta misma semana, más o menos el viernes, podamos dar algún avance de lo que llevamos”, dijo en su momento Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco.
Pero han pasado 61 viernes, 61 semanas y un año dos meses y siete días de la desaparición de los jóvenes y hasta el momento, no hay ningún avance en la investigación.
“Él quedó conmigo de localizarlos los más pronto posible porque decía que él tenía hijas de su edad, pero hasta el momento no me ha cumplido su palabra, siendo que él quedó en buscarlos. Ya tenían casi 10 días cuando él se comprometió conmigo y no lo ha cumplido”, manifestó Carrillo Hernández.
Son Aracely y María de los Ángeles quienes los han buscado por su cuenta. Han ido a Teocaltiche en cuatro ocasiones y a los municipios de Villa Hidalgo y Jalostotitlán porque de manera anónima les dijeron a través de facebook que podrían estar trabajando en estas entidades.
En los municipios que han visitado van de casa en casa en busca de información que pueda ser de utilidad para dar con el paradero de sus hijos, también pegan carteles en calles, avenidas, espacios públicos y viviendas.
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Ellas han hecho lo que en teoría es obligación de la Fiscalía del Estado. Ni la promesa de Enrique Alfaro, ni las 10 reuniones con el secretario de gobierno Enrique Ibarra Pedroza, han sido de ayuda para dar con el paradero de Bryan y Daniel.
“No sabemos absolutamente nada de ellos, simplemente sabemos lo que nosotros les hemos llevado. A mí me hablan de alerta amber y me preguntan que si yo sé algo de mi hijo, que si tengo algo más para aportar cuando yo les digo que ellos son los que tienen que decirme a mí”, resaltó Rodríguez Sandoval.
Cuando las mujeres van a Fiscalía y llegan a casa sin noticias de sus hijos, dicen, ven las pertenencias de los jóvenes y es imposible no extrañarlos.
“Sus abrazos, que diario me decía ama sírveme de comer, tu comida está muy rica. Siempre me halagaba y él siempre decía que íbamos a salir adelante tenía mucho apoyo de él”, recordó Carrillo Hernández.
“Extraño todo, todo de él, sus abrazos, su risa, sus palabras y hasta sus enojos, sus berrinches, todo extraño”, revivió Rodríguez Sandoval.
JMH