En medio de la discusión sobre el número real de desaparecidos en México que sostienen el gobierno federal y colectivos de búsqueda, la tarde del pasado domingo 24 de marzo fueron localizados dos hornos crematorios clandestinos en El Salto, Jalisco.
A poco más de dos kilómetros de distancia del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, integrantes de colectivos de búsqueda ubicaron al interior de un predio de la Zona Metropolitana de la capital jalisciense los dos hoyos cubiertos por ladrillos los cuales, de acuerdo con las primeras entrevistas concedidas a medios de comunicación locales, contenían partes de restos humanos como piel o huesos.
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Adicionalmente, las y los integrantes de "Entre Cielo y Tierra" y "Desaparecidos en Jalisco" encontraron alrededor de 27 bolsas negras cubiertas con cinta adhesiva, las cuales contendrían también segmentos anatómicos.
De acuerdo con información que la periodista Karla Rodríguez reportó para Milenio, el predio en donde se llevó a cabo el hallazgo mide aproximadamente 25 por 30 metros en los cuales se lograron percibir al menos otros siete hoyancos que podrían servir como fosas clandestinas.
El crudo escenario marcado también por la presencia de huesos, botellas de ácido muriático y prendas de ropa desgastadas provocó la movilización de personal de la Guardia Nacional y de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes resguardaron el inmueble y comenzaron con las investigaciones correspondientes.
Hasta el momento en el que se escribe esta nota, ni la FGE de Jalisco, la Policía de Guadalajara o el gobernador del estado, Enrique Alfaro, se han pronunciado sobre el hallazgo que colectivos de búsqueda realizaron en El Salto, no obstante, el descubrimiento volvió a avivar la herida que la crisis de desaparecidos ha dejado en México en los últimos años.
Los otros hornos crematorios en Jalisco
Aunque el reciente hallazgo de los hornos de El Salto desató indignación y exigencias a las autoridades por investigar a los responsables, esta no es la primera vez que crematorios clandestinos son localizados en el estado.
En octubre de 2023, nuevamente integrantes del colectivo Madres Buscadoras de Jalisco localizaron un predio con características similares en el municipio de Tlaquepaque. El hallazgo fue informado por las activistas a través de transmisiones en vivo realizadas desde sus redes sociales.
En los videos que circularon en plataformas digitales fue posible percibir cómo las y los integrantes del colectivo se adentraron hasta una zona de difícil acceso de la colonia Artesanos, en donde no solo localizaron huesos, sino que ubicaron el horno crematorio aún encendido.
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Aquella ocasión, las Madres Buscadoras de Jalisco denunciaron el tardío actuar de las autoridades pues, a pesar de reportarlo inmediatamente a la FGE sobre el hallazgo, personal de la dependencia se trasladó al lugar de los hechos cerca de las 20:00 horas.
"Los primeros correspondientes dijeron que no llegarían porque tuvimos un disgusto con uno de los paramédicos que quiso minimizar la situación diciendo que solo era un pedacito de columna y un hueso de pierna, cuando sabemos que todos esos huesos son restos humanos", mencionaron los activistas en una de sus transmisiones en redes sociales.
En agosto de ese mismo año, en la región de Los Altos, Jalisco fueron ubicados otros hornos de crematorios clandestinos, específicamente en una propiedad del municipio de Teocaltiche.
Aquella ocasión, el hallazgo fue vinculado a la disputa que mantienen en la zona organizaciones delictivas como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa, según dan cuenta reportes de inteligencia del gobierno estatal a los que tuvo acceso Milenio.
Trascendió también la existencia de un audio en el que se expone que autoridades del estado de Jalisco tienen identificado este método de desaparición forzada desde al menos hace tres años, pues, "se escucha a mandos de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de Jalisco explicar a personal de la dependencia cómo se usan los hornos de ladrilleras para desaparecer a personas".
La sofisticación de los métodos de desaparición forzada
La crisis de desaparecidos que se ha acentuado en México es multifactorial. Si bien autoridades estatales y federales han apuntado a la disputa entre organizaciones delictivas como una de las principales causas, colectivos han denunciado que la problemática va más allá de dichas rencillas.
Cualquiera que sea la causa, lo cierto es que a lo largo y ancho del país hay decenas de personas buscando a sus familiares o seres queridos desaparecidos, una labor que poco a poco se convirtió en activismo ante la falta de apoyo o resultados obtenidos.
Las jornadas de búsqueda que día con día emprenden colectivos han dado resultados positivos con el hallazgo de fosas clandestinas, no obstante y como ha sucedido en Jalisco, la localización de crematorios ilegales también ha dejado al descubierto cómo la desaparición forzada ha alcanzado un punto considerable de sofisticación, una característica que también dificulta la contabilización de personas no localizadas.
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Información expuesta en el artículo Una discusión sobre el concepto de fosa clandestina y el contexto mexicano: El Caso de Guanajuato publicado por la Universidad Iberoamericana de León señala que es de suma importancia contemplar la presunción de un propósito de ocultamiento a la hora de investigar los hallazgos pues, tomándose en cuenta, podría evitarse algún tipo de confusión o subregistro en los reportes de personas desaparecidas.
Para ello, apunta el texto escrito por Fabrizio Lorusso, de la Universidad Iberoamericana, es necesario incorporar la exigencia de rigor desde el derecho y la arqueología forense para poder reconocer múltiples sitios y condiciones de hallazgo y, de este modo, integrar mejores registros.
En el caso de los hornos, el académico los sitúa en la categoría de "puntos de depósito ilegales", la cual se define como un lugar específico en el que se colocaron, ya sea inhumado total o parcialmente o dispuestos, indicios o uno o más cuerpos o partes de ellos.
"Todos estos sitios son fundamentales para analizar los patrones de ocultamiento de restos humanos, quizá relacionados con un precedente de desaparación de personas, lo cual abona al esclarecimiento de la verdad, y se deberán incorporar en el Registro Nacional de Fosas Comunes y Fosas Clandestinas", se indica en el artículo académico de la Universidad Iberoamericana de León.
Dicha consideración surge también de la dificultad a la que los forenses se enfrentan para realizar la identificación de los restos humanos localizados, una labor que se dificulta o se vuelve casi imposible por el alto grado de calcinación que presentan los fragmentos óseos.
Las múltiples vertientes que convergen en el fenómeno de la desaparición forzada en México han convertido a la situación en una de las principales problemáticas del país, misma que autoridades buscan resolver mientras decenas de integrantes de colectivos continúan removiendo tierra con la esperanza de por fin encontrar a sus desaparecidos.
ATJ