“Nunca voy a descansar”

Raúl fue visto por última vez el 10 de abril de 2018 en Tlajomulco de Zúñiga, desde entonces, José Raúl acude cada 15 días al Servicio Médico Forense para ver si localiza a su hijo, quien era mesero.

José Raúl Servín García busca a su hijo Raúl Servín Galván (Gerardo Chiñas).
Elsa Martha Gutiérrez
Guadalajara /

Desde hace un año y cuatro meses, José Raúl Servín García, acude cada 15 días acude al Servicio Médico Forense para saber si entre los cadáveres que ingresan o se encuentran ya en la morgue, alguno corresponde al de su hijo Raúl que desapareció el 10 de abril del 2018.


“Yo sigo buscando. De hecho vamos a varios municipios y Semefos de la República con papeles en mano y el ADN. Nunca voy a descansar hasta que lo encuentre, ya sea de una u otra manera”, advierte.

Su hijo, dijo, no era malo, ni andaba en malos pasos como le hace sentir personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de Jalisco.

“Cada vez que voy para saber algo sobre mi hijo se molestan al verme. ¿Algún dato que tengan? Nomás voltean con cara de enojo, porque voy y les pregunto”, denunció.

Recordó que al igual que él, su hijo era mesero de eventos sociales. Desapareció junto con otros cuatro hombres de la calle Liverpool en el fraccionamiento Villa Fontana Aqua, en Tlajomulco de Zúñiga.

“Él se encontraba en la esquina cuando llegaron unas personas armadas en una camioneta. Se llevaron a otros cuatro junto con él, eso me indicaron las personas que estaban ahí, que eran cuatro y mi hijo era el quinto”, contó.

Manifestó que lo que le causa dolor y genera incertidumbre es por qué aparecieron los cadáveres de quienes acompañaban al joven de 20 años.

“Dos cuerpos fueron hallados cerca de donde se los llevaron y otros ya no supe dónde fueron localizados, pero el de mi hijo no apareció”, externó.

José Raúl, tiene cuatro hijos. “Para mí siguen siendo cuatro, aunque uno esté desaparecido, y la verdad, no hay palabras para eso. Todo sabemos lo que sentimos, pero el dolor no lo puedo describir”, expresó con la voz entrecortada.

A la autoridad, solo le pide que trabaje y no “nos re victimice: que a lo mejor mi hijo andaba en malos pasos; que mi hijo era drogadicto; que era ratero, que esto y lo otro; esas son las palabras, las de ellos”, acusó. Su hijo, el pasado 26 de noviembre cumplió 21 años de edad.

SRN

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