Un ambiente de pesar, incredulidad, desánimo y también de sed de justicia se vivió en la ceremonia donde fueron despedidos los músicos asesinados esta semana en Celaya, luego de que fueran confundidos por un grupo delictivo cuando regresaban de un evento donde fueron contratados.
Entre música, aplausos, cohetones y flores, el pueblo despidió a los integrantes de 'Los Chuparrecio'. Francisco Javier, Luis Miguel, José Juan, Javier y su hijo Javier, Armando y Juan Diego fueron contratados para amenizar una fiesta infantil el mismo día que entró la primavera; horas más tarde, durante la madrugada, sus cuerpos fueron hallados en una camioneta que ardía en llamas.
Juan Martín es un pequeño poblado de apenas 3 mil habitantes que se ubica a no más de 10 kilómetros de la ciudad que, en abril del año pasado se consideró la más violenta del mundo, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
De ahí salieron las víctimas rumbo a una fiesta de la que quedó registro en las redes sociales de la agrupación. Ahí quedaron grabadas las sonrisas, la camaradería entre ellos -que eran parientes- y los asistentes al convivio que no paraban de bailar.
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Horas después, de acuerdo con las primeras investigaciones, habrían sido interceptados por un comando armado que les obligó a cambiar a una camioneta Pick-Up con placas de Michoacán y que tenía reporte de robo en ese estado.
Posteriormente, a través de una llamada, autoridades recibieron aviso de una camioneta en llamas, y, al llegar al lugar, descubrieron en su interior siete cuerpos. Sin embargo, aunque no se había confirmado la identidad de los mismos, más tarde el fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa, confirmaría que se trataba de los músicos.
Este domingo, se realizó una misa de cuerpo presente en el templo de la Virgen de Guadalupe, y en la plaza central del poblado se realizó un homenaje a los siete vecinos, quienes, al ser confundidos con otros sujetos, fueron asesinados.
Este hecho provocó una gran indignación, por lo cual se ha exigido que las autoridades den con los responsables, aunque ello no devolverá la vida a las víctimas.
ALOL