Desplazados vuelven a albergue de Guerrero

Leonardo Bravo. Levantan el plantón afuera de Palacio Nacional tras firmar acuerdo con el gobierno federal, pero aseguran que aún no hay condiciones de seguridad.

Parte de las personas que desde ayer pernoctaron en el auditorio de Chichihualco. (Jesús Quintanar)
José Antonio Belmont
Leonardo Bravo, Gro. /

Luego de poco más de un mes, pobladores de ocho comunidades del municipio de Leonardo Bravo desplazados por la inseguridad de la región, retiraron el plantón que mantuvieron afuera de Palacio Nacional y se marcharon a su entidad.

Sin embargo, no regresaron a sus comunidades, pues aseguraron que no existen las condiciones suficientes de seguridad.

Ayer por la mañana fueron trasladados en cuatro autobuses, proporcionados por el gobierno federal, a un albergue adaptado en el auditorio de Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo.

“Estamos tristes porque muchos sufrimos. Yo no quiero regresar a mi pueblo, ahí están los malísimos y si regresamos nos matan”, exclamó Alejandra Ledesma antes de marcharse del centro de Ciudad de México.

Los comuneros explicaron que aceptaron volver tras alcanzar un acuerdo de seis puntos con la Federación, en el que las autoridades se comprometieron a instalar tres filtros de seguridad para evitar el ingreso de grupos armados.

Esta es la segunda vez que el grupo de aproximadamente 300 desplazados vivirán en Chichihualco, pues de noviembre del año pasado a febrero ya estuvieron en el albergue.

En esa ocasión, los pobladores de Filo de Caballos, Puentecillas, Corralitos, La Escalera, Los Morros, Campo de Aviación, Torre Camotla y Carrizal huyeron luego de un enfrentamiento entre dos grupos armados el 11 de noviembre de 2018, dejando esas comunidades en control de uno de éstos.

“No estamos realmente seguros de que vayamos a estar bien en Chichihualco. Ellos (grupo armado) no nos van a dejar regresar, porque si lo hacemos, a los hombres los desaparecen, los matan”, aseveró Blanca González.

Pasadas las 4:30 de la tarde, luego de casi cinco horas de trayecto, la caravana de desplazados arribó a la cabecera municipal de Leonardo Bravo.

Los autobuses no lograron ingresar hasta las inmediaciones del auditorio por lo estrecho de los caminos, por lo que los comuneros tuvieron que ingresar caminando y otros fueron ayudados por autos particulares y algunas camionetas de redilas.

SIN RECURSOS

Las víctimas fueron recibidas por el presidente municipal, Ismael Cástulo, quien se asume como desplazado.

Originario de la comunidad Los Morros, el alcalde asegura que por precaución no ha podido volver a su hogar desde el enfrentamiento ocurrido en noviembre.

“Como si fuera un desplazado más, porque ahorita uno no puede ir, aunque yo no tengo nada que ver en esos asuntos, pero para garantizar también lo de uno, para qué nos exponemos.

“En Leonardo Bravo nadie es enemigo de los desplazados o de los que se quedaron en los pueblos, pero hay gente extraña que llegó a invadir los pueblos y esos son los que ahorita están“, enfatizó.

Respecto a los grupos armados, Cástulo subrayó que la Guardia Nacional es la “esperanza” de los desplazados y de autoridades municipales. “Estamos confiando en López Obrador y con el despliegue que haga la Guardia Nacional, cada quien a su casa y cada quien como amigos”, destacó.

El alcalde aprovechó para pedir apoyo a los gobiernos federal y estatal a fin de mantener el campamento. “Como municipio en realidad no tenemos de dónde agarrar dinero para ayudar a los desplazados, son hartos y luego es un buen gasto”, señaló.

En entrevista, reconoció que durante la anterior estancia de los desplazados, el gobierno estatal apoyó con víveres, aunque entonces el municipio gastó aproximadamente un millón 600 mil pesos.

Recordó que los días posteriores a la balacera de noviembre, en el auditorio de Chichihualco se recibieron hasta mil 680 desplazados, cifra que se mantuvo hasta finales de diciembre.

“Por entonces la gente empezó a desesperarse, que ya no iban a regresar a sus casas y comenzaron a dispersarse: unos ya están en Estados Unidos otros se fueron a Acapulco, a Morelos”, aclaró.

Cástulo puntualizó que desde entonces el campamento estuvo integrado por aproximadamente 680 desplazados, aunque ahora desconoce el número exacto que llegarán al auditorio.

Con información de: Rogelio Agustín Esteban y Pedro Domínguez.

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