Como todos los días, el oficial Valdovinos realizaba sus patrullajes de rutina por las calles del sector Padierna en la alcaldía Tlalpan.
Su calma se vio abruptamente interrumpida por diversos disparos, que en un primer momento lo desconcertaron, pero luego su sentido de responsabilidad lo llevó a pisar el acelerador de su vehículo y dirigirse a la colonia Héroes de Padierna.
Al llegar al lugar "con el corazón latiendo a mil por hora" y la adrenalina del momento, divisó a tres sujetos armados que seguían tirando contra otras tres personas.
En las cámaras de seguridad de los vecinos que registraron los hechos, se aprecia cómo minutos antes los agresores descendieron de un Mazda blanco con matrícula U40BCN de la Ciudad de México en el cruce de las calles Halacho y Becal.
Al percatarse de la llegada del oficial Valdovinos, y pese que lo superaban en armamento y número, los criminales abordaron su vehículo y huyeron de la escena del crimen.
Valdovinos pisó de nuevo el acelerador para dar alcance a los agresores. Los minutos que duró la persecución parecieron una escena de película, cuando uno de los sujetos disparó su arma contra la patrulla que cada vez acortaba más la distancia.
Al ver las balas que pasaban de largo, el oficial Valdovinos maniobró el volante con una mano y con la otra sacó su arma para repeler la agresión. En la calle Seye del mismo sector logró cruzar la patrulla y obligó un enfrenón del Mazda blanco.
El policía salió de inmediato y gritó: "Están detenidos. Tiren sus armas y muestren sus manos". Dos hombres de 20 y 26 años al saberse derrotados siguieron las instrucciones. El tercero aprovechó el momento para huir.
El oficial Valdovinos les leyó sus derechos y los esposó, les extrajo dos armas y un par de cargadores. Luego de pedir refuerzos para que se llevaran a los detenidos, regresó al lugar que dio inicio la persecución y vio tres cuerpos tendidos, cuyas víctimas no pudo salvar, pero tuvo la fortuna de detener a los asesinos.
Aquella tarde del 19 de mayo, los paramédicos que asistieron al lugar, diagnosticaron la muerte de tres hombres de 23, 32 y 40 años.
Sobre los hechos, el policía segundo platica que vivió un momento “tenso y nervioso” por la cantidad de detonaciones que hubo durante la persecución.
Esta semana, fue galardonado con el premio al Policía Distinguido del mes de mayo, por su valor en dichas acciones donde arriesgó su vida, con el objetivo de lograr la detención de estos delincuentes.
Dice sentirse “orgulloso” de su trabajo y de las funciones que realiza para la ciudadanía al tiempo que, asegura, desde su incorporación a la policía capitalina emplea sus labores con determinación.
Ante los altos índices de inseguridad que se presentan en la capital, el oficial Valdovinos comenta que su objetivo al levantarse todos los días y ponerse el uniforme es “brindarle seguridad a la ciudadanía y a sus bienes”.
Es originario de la Ciudad de México y dice que desde niño su sueño fue ser un policía, luego de que su tío fuera su ejemplo a seguir por sus acciones de apoyo a los ciudadanos capitalinos y su convicción en las tareas de seguridad.
“Me gustó desde niño ser policía y pues logré mi propósito de pertenecer a las filas”, relató el uniformado.
Asimismo, recuerda que su tío estuvo bajo las órdenes de Arturo El Negro Durazo, quien fuera jefe del departamento de Policía y Tránsito del Distrito Federal entre 1976 y 1982, durante el sexenio del presidente José López Portillo.
También se dijo agradecido por la condecoración que se le entregó y resaltó la importancia de los reconocimientos otorgados por el gobierno capitalino y la Secretaría de Seguridad Ciudadana.