Giovani Galindes Guerrero, chico oriundo de Ciudad Altamirano, Guerrero, una tierra que por años ha sido considerada como peligrosa, donde los asuntos se arreglaban a machetazos, pero que en la actualidad los grupos criminales intimidan con balazos y ejecutan a quienes no se alineen; de esa realidad salió este joven, con el sueño de ser maestro, pero con un paradero que hasta la fecha no se sabe cuál es.
La generación 2014 recuerda a Spider, apodo que se ganó por simular los saltos de una araña, como un tipo deportista, amante del futbol, simpático y con sentido de la amistad muy inculcado, respetuoso, pero a la vez bromista; siempre acompañado de sus compañeros y con una sonrisa en el rostro, esa que sonrisa que tanto extraña su familia.
“Es muy difícil vivir, vivir más que nada con el dolor de no tener a tu hijo, de no saber, de no saber qué pasó, o sea, ese es el dolor más grande de no saber qué pasó, porque cuando tu pierdes a un familiar y lo encuentras, lo entierras, sientes como un alivio, porque vas a llorar a su tumba, como que sabes algo diferente a lo que sentimos ahorita, nuestra vida cambió rotundamente”, así revive María Elena Guerrero, madre de Giovani, la pérdida de su muchacho.
María Elena ha salido de la Tierra Caliente más veces de lo que hubiera imaginado, ha conocido ciudades y capitales del mundo para exigir justicia, se ha reunido con personajes de la política nacional e internacional, ha marchado por diferentes calles del país y del extranjero, pero con un objetivo claro; encontrar a su hijo.
La última conversación
Esta señora aún recuerda la última conversación con Giovani, dos días antes de aquel 26 de septiembre, le llamó para comentarle que saldría de fiesta con su mejor amigo, El Tona, un compañero con el que hizo click de manera inmediata, irían a Tixtla a celebrar su ingreso a la Normal Rural de Ayotzinapa.
Aunque no le agradaba que Gio saliera de fiesta, por la peligrosidad de la zona donde se encuentra la escuela, siempre le pedía que se comunicara con ella cuando regresaba de sus celebraciones, pero cuando recibió la noticia de que era uno de los 43 normalistas desaparecidos, la encomienda con Dios no fue suficiente, pero aún se mantiene.
“Mi fé siempre ha sido encontrarlo con vida y poder abrazarlo, pero como siempre he dicho, Dios tiene la última palabra y le he dicho, si está allá contigo cuídamelo y si está aquí, dale otra oportunidad de que él regrese, pero desgraciadamente, no lo creo”
La frustración
La imagen de Galindes Guerrero ha sido inmirtalizado por una artista escosesa, una obra en tela y pintura delicada, entregada durante una de las jornadas de lucha en el norte del país, en una manifestación donde el señor Alfredo, padre de Giovani, participó tras dejar su trabajo en el campo a un lado. Aunque sus ausencias no significan la falta de interés por ubicar a su hijo, la frustración de no encontrar respuesta por parte del gobierno federal.
“Lo que sentimos es una impotencia de no saber la verdad, de que no haya justicia, es algo como muy desgastante para nosotros como padres, el dolor ya se volvió coraje, con ganas de contra quien sea, contra quien resulte responsable”, lamentó María Elena, porque en la administración saliente depositaron toda su confianza y no se resolvió nada.
- Te recomendamos Liberación de presuntos delincuentes obstaculizó investigación de caso Ayotzinapa: Segob Policía