España se ha erigido como un caso aparte en su enfoque hacia la política migratoria en una Unión Europea que se escora hacia la derecha con medidas más duras contra las llegadas irregulares.
El plan de la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, de enviar a solicitantes de asilo mientras se procesan sus solicitudes a campos en Albania, país no perteneciente a la Unión Europea, acaparó los titulares durante la cumbre del bloque de la semana pasada.
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Piden expulsión de migrantes irregulares
La reunión concluyó con un texto que pide acelerar la expulsión de inmigrantes no aceptados y explorar nuevas formas de contrarrestar la migración irregular, en una posible alusión al plan italiano.
Polonia propuso suspender parcialmente el derecho de asilo para los inmigrantes irregulares, mientras partidos de extrema derecha con plataformas contra la migración ganan peso en Francia, Hungría y Países Bajos.
"Hay gobiernos europeos que se están equivocando a la hora de enfocar el debate sobre la migración, porque lo centran en aspectos negativos (...) Identificando la migración con inseguridad", afirmó, el miércoles 23 de octubre, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tras una reunión en Portugal con su homólogo de ese país, Luis Montenegro.
La creación de "centros en terceros países" para migrantes "no resuelve nada y crea nuevos problemas", afirmó Sánchez, para quien la migración es beneficiosa para una Europa con población envejecida y escasez de mano de obra, por lo que "es imperativo" que la región "construya un discurso en positivo de la migración".
Destacan lo especial del caso
Para Blanca Garcés, investigadora sénior del centro de investigación CIDOB en Barcelona, España es "un caso único dentro del contexto europeo".
La distingue su vía para legalizar a los migrantes después de tres años de residencia, un procedimiento simplificado desde 2018 por el Gobierno de izquierda.
A diferencia de muchos países de Europa, la migración no ha sido un tema de polarización política en España, cuyo partido de extrema derecha Vox inicialmente ganó popularidad por otras razones, en particular la crisis independentista de Cataluña, explicó Garcés.
También han contribuido una democracia con énfasis en ampliar derechos, una larga historia de emigración de los españoles y las necesidades de la economía informal, donde los inmigrantes juegan un papel esencial, añadió.
Y todo esto pese a que España está en primera línea migratoria, con un aumento de las llegadas principalmente a las islas Canarias desde África.
Durante una visita en agosto a Mauritania, Gambia y Senegal, de donde sale gran parte de los migrantes irregulares, Sánchez defendió la "migración circular": la posibilidad de que las personas trabajen en España legalmente por tiempo limitado y luego retornen a su país, reduciendo la tentación de recurrir a rutas peligrosas.
Sánchez tiene "una visión pragmática", tanto política como económicamente, estima Gemma Pinyol-Jiménez, experta en migración del laboratorio de ideas Instrategies.
"Son buenas señales, pero no son suficientes. Necesitaríamos que no solo fuera un país (...) necesitaríamos una narrativa más propositiva por parte de muchos más países", dijo.
Política "ambigua"
Para Lorenzo Gabrielli, del Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre Inmigración de la Universidad Pompeu Fabra, la posición de España es realmente más "ambigua".
Sánchez rechaza los centros de inmigrantes en países no pertenecientes a la Unión Europea, pero España coopera con Marruecos y se apoya en ese país para frenar la llegada de migrantes a sus costas.
La política migratoria de España "no es necesariamente muy innovadora ni abierta", pero aparece como una alternativa en un momento en que los vecinos europeos se desplazan cada vez más hacia la derecha, considera Gabrielli.
El diario El País adelantó esta semana un proyecto de reforma migratoria que se presentará el próximo mes para regularizar a decenas de miles de migrantes y reducir los tiempos de espera para obtener permisos de residencia y trabajo.
Y aunque la migración sigue siendo un tema "bastante despolitizado", en España, en comparación con otros países europeos, la situación va cambiando, con partidos como Vox repitiendo mensajes antimigratorios, advirtió Garcés.
El conservador Partido Popular, principal formación de oposición, también ha endurecido su discurso ante la competencia que le supone Vox, y la migración, según una encuesta reciente, comienza a ser el principal tema de preocupación de los españoles.
Si la tendencia continúa, Sánchez podría correr el riesgo de chocar contra la opinión pública.
RM