Especialistas del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) consideran que México vive un paradigma para la aplicación de las leyes. Las autoridades se enfrentan a individuos con equipo y preparación militar, y los ciudadanos son quienes sufren los impactos de la violencia que se genera.
“El impacto de la violencia en la población y la capacidad de grado militar de algunos cárteles para responder a pandillas rivales y al Estado ha llevado a muchas personas a creer que México está en un conflicto armado no internacional entre el gobierno y algunos de estos grupos”, indica el Reporte Sobre los Costos Humanitarios del Crimen Organizado de la ICRC.
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Según el documento, el gobierno enfrenta dos organizaciones criminales en particular: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el cártel de Sinaloa.
Ante tal situación, las autoridades mexicanas han tenido que buscar alternativas para combatir a los cárteles. Por un lado, implementar políticas públicas para atacar las causas de raíz, pero también utilizar a las fuerzas armadas para igualar las capacidades de las organizaciones criminales.
Olivier Dubois, jefe de la Delegación Regional de la ICRC en México, detalló que la seguridad del país enfrenta un paradigma y por tal situación “los agentes de la policía investigan y arrestan, para eso están entrenados, las fuerzas armadas tienen un acceso menos restrictivo en el uso de la fuerza (…) y todos estos cuerpos operaban bajo un principio de aplicación de la ley".
Chiara Redaelli, investigadora de la Academia de Géniva, insistió en que como han reconocido organizaciones internacionales, en México “la guerra contra las drogas es retórica, en la mayoría de los casos (…) no quiere decir que se trate de un conflicto internacional armado.”
Por lo que ante tan escenario, Olivier Dubois explicó que “la violencia es parte de la vida diaria (…) se ha normalizado (…) debemos desnormalizarlo, identificarnos con el dolor de las víctimas”, pero además, explicó que se debe de trabajar a nivel local y con apoyo internacional en combatir desde diversos ángulos al crimen organizado, pero principalmente, involucrar a las comunidades que son impactadas por esta violencia.
ABR