Linda Cristina Pereyra recordó cómo conoció a su esposo, Genaro García Luna, e hizo un repaso por la adquisición de su fortuna, empezando porque “coincidimos en trabajar juntos. Trabajábamos en el Cisen, Centro de Investigación en Seguridad Nacional”, recordó a unos escasos 10 metros del ex funcionario federal de 54 años, ahora lleno de canas.
García Luna era un agente de seguridad. Vio su ascenso hacia la Secretaría de Seguridad Pública y también vio su caída cuando lo detuvieron en diciembre de 2019, en Dallas, Texas, acusado de tráfico de cocaína.
El abogado de García Luna, Florian Miedel, desarrolló un interrogatorio de cerca de una hora en donde han repasado todas las propiedades, casas, vehículos y negocios que adquirieron a partir de que se conocieron, se casaron y tuvieron dos hijos.
Primero compraron un departamento en Xochimilco, en 1994, a través de un financiamiento. García Luna seguía en el Cisen y ella abandonó la institución para dirigir un pequeño negocio de papelería. El siguiente año se casaron y para 1997, con García Luna como subdirector del Cisen, adquirieron un terreno frente a donde vivían y vendieron el departamento para construir su casa.
En el año 2000 compraron una pequeña casa en Jiutepec, Morelos, con sus ahorros. Les costó entre 350 mil y 400 mil pesos. La vendieron en 2004 por un millón.
Luego, en 2002, compraron dos lotes de un terreno en Jiutepec por 450 mil pesos. Ahí comenzaron a construir una casa blanca de descanso y que también rentaban para fiestas infantiles. En 2005 adquirieron un pequeño local donde también vendían artículos para fiestas.
En 2006 adquirieron una propiedad en una Cuernvaca, Morelos, en un lugar llamado Privada Diana, a través de un crédito del Fovissste de García Luna.
Ese mismo año pusieron la Cafetería Los Cedros, que dirigía Linda Pereyra, a través de un crédito hipotecario del banco Inbursa por 3.5 millones de pesos. Cuando García Luna llegó a la SSP, decidieron adquirir una casa en la Ciudad de México por 7.5 millones de pesos a través de otro crédito hipotecario por 5 millones 800 mil pesos y a dinero que le dieron al mexicano tras salir de la AFI.
Así fue como a través de vender y comprar propiedades, lograron comprar el terreno en Monte Funiar, Ciudad de México, donde construyeron la casa en la que vivieron de 2009 hasta que García Luna se retiró del servicio público y se mudó con su familia a Miami, Florida.
“De la parte de atrás estaba en alto. No había manera de que nos tomaran fotografías, aunque lo intentaron, pero era más difícil”, recordó la esposa de García Luna, que detalló que medios de comunicación comenzaron a perseguirla a ella y a su familia por el ascenso en el servicio público de su esposo.
“Le gustaban los coches antiguos y a veces los reparaba junto con un hermano de él”, recordó Pereyra. Por eso, se compró en tres ocasiones tres Ford Mustang antiguos para repararlos, al igual que un par de motocicletas Harley-Davidson.
La audiencia continúa mientras Miedel sigue trabajando en demostrar que los bienes y la riqueza que logró García Luna con su esposa fue fruto del trabajo de ambos, no derivado de sobornos entregados por los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.
DMZ