Este fin de semana, por primera vez desde que se reportó el secuestro de cuatro estadunidenses, y el asesinato de dos de ellos, en Matamoros, Tamaulipas, uno de los sobrevivientes, Eric Williams, herido tras sufrir un disparo en la pierna, agradeció tanto a sus seguidores en redes sociales como a los donadores que con sus aportaciones le ayudan a pagar sus gastos médicos en el hospital de Brownsville, Texas.
“Me gustaría agradecer a todos por las oraciones y las donaciones para mi pronta recuperación. Solo quiero que sepan que estoy muy agradecido y feliz de que a la gente le importe incluso cuando las historias que se cuentan no son ciertas, pero abordaré todo así que gracias”, dijo Williams en un video difundido.
Por otra parte, Jason Kid, abogado de Williams, compartió un video difundido por CNN, en el que su cliente describió escenarios del secuestro y rescate que vivió en Matamoros.
Durante dicho video, en el que se nota a Williams sobre una cama de hospital, narró que un tema de drogas no tuvo “nada que ver” con lo que les sucedió. sino que todo fue porque el grupo de estadunidenses llegaron a Matamoros con el propósito de que uno de ellos se pudiera realizar un biopass.
Además, Williams también describió a uno de los secuestradores, quien hablaba en inglés; le comentó que “eso fue un error, y estamos intentando que todo salgan”, por lo que lo pusieron en la parte trasera de una camioneta, al tiempo en que los captores colocaron los cuerpos de sus amigos encima de él para que, de esta manera, pareciera que no había nada dentro de dicha camioneta.
Posterior a esto, señaló Williams, miembros del cártel realizaron una llamada anónima para que pudieran encontrar la camioneta.
Hoy se cumplen 12 días del rescate de dos de los cuatro estadunidenses que fueron secuestrados durante un enfrentamiento en Matamoros el 3 de marzo.
La versión oficial de los hechos es que el cartel del Golfo entregó a los cinco responsables de los hechos y la Fiscalía del estado encontró elementos suficientes para investigarlas.
De igual manera se supo, por fuentes gubernamentales, que tres de los cuatro estadounidenses tenían antecedentes penales.