Expolicía vinculado con Los Zetas, contratado en Mineral de la Reforma

Pese a su amplio historial delictivo fue contratado por Raúl Camacho en 2019, al salir de la cárcel

Asocian a expolicía con secuestros en Hidalgo. (Agencia Enfoque)
Mineral de la Reforma /

Jesús Garcés Jiménez, alías “El Jarocho”, “Chita” o “Soler”, excomandante de la Policía Ministerial de Hidalgo detenido en 2009 en Pachuca por la Policía Federal, acusado de delitos de delincuencia organizada y contra la salud en la modalidad de colaboración al fomento en la ejecución de delitos contra la salud agravada, investigado por pertenecer a una red delictiva ligada al cartel de Los Zetas, fue arrestado de nueva cuenta en Mineral de la Reforma el pasado 18 de diciembre.

El también conocido como “Comandante Titanio”, fue asegurado por elementos de la policía de investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo, quienes le detuvieron en el Restaurante “El Sendero” del fraccionamiento Tulipanes.


La detención se derivó de una orden de aprehensión en contra del “El Jarocho” por su probable responsabilidad en la comisión del delito de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro en grado de tentativa, por lo que el juez de la causa le dictó auto de formal prisión.

Actualmente Garcés Jiménez alegó estar dentro de la administración municipal de Mineral de la Reforma, contratado por el presidente municipal panista Raúl Camacho Baños, donde aparece como personal de la Secretaría de Seguridad Pública.

Al salir de la prisión por suspensión de sentencia, al acusarse presuntas violaciones a sus derechos humanos y al debido proceso legal, el excomandante retomó vínculos, al ser contratado por la Dirección de Seguridad Pública de Mineral de la Reforma, donde tuvo recibimiento para sus actividades.

No obstante el “El Jarocho” fue reaprehendido una vez más el pasado 18 de diciembre de 2019 por el delito de tentativa de secuestro, en agravio de J.G.H.; justo ahí, en Mineral de la Reforma, donde, de acuerdo a la investigación, el edil panista Raúl Camacho lo encubriría para comenzar sus actividades, así como abrir centros nocturnos y dejar que corrieran narcóticos en esta demarcación.

Informes de la Procuraduría incluso señalan cobro de piso y crecimiento de la delincuencia en muchas más colonias, además de la evasión de exámenes de control de confianza al personal que ahí labora.

Jesús Garcés nació el 6 de abril de 1974 y en 1997 ingresó a la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo donde sirvió como agente antisecuestros.

Como parte de su carrera fue comisionado para integrar la hoy desaparecida Agencia Federal de Investigación, organismo disuelto en julio de 2012, seis años después de que el presidente Felipe Calderón unificara los mandos de ésta y de la Policía Federal Preventiva.


El ascenso

Tras concluir sus tareas en la AFI, “El Jarocho” fue reincorporado en la Policía Ministerial de Hidalgo como agente del Grupo Especial Antisecuestros, donde logró ser promovido como jefe de grupo, hasta convertirse en comandante.

Corría el año de 2007 cuando el “Jarocho” decidió involucrarse con “Los Zetas”, junto con otro de sus compañeros de nombre José Augusto Vega Pacheco, mejor conocido como “El Pino” (asesinado el 12 de mayo de 2017 en Pachuca), a quienes pasaba información de corporaciones y mantenía al tanto de operativos y movimientos policiales.

De acuerdo con información oficial y del expediente 464/2009 de la entonces PGR, fue en dicho grupo delictivo donde Garcés creció más, pues fungió como puente para tejer redes entre agentes de la Policía Ministerial para expandir el rango de operación; llevó consigo a otros personajes conocidos en Hidalgo como Esteban Reyes para trabajar con ellos, bajo la tutela de “El Paguas”, Pablo Gómez Solano, y donde a su vez Reyes ingresó a todos los elementos a su mando en una “narconómina”.


La actividad

De acuerdo con reportes oficiales, los comandantes “Jarocho” y “Cobalto” aprovecharon toda la experiencia para especializarse, del otro flanco de la ley, en secuestros: ponían y levantaban a sus víctimas y luego el propio “Jarocho” encabezaba y llevaba las investigaciones correspondientes, contactaba y “orientaba” a las familias afectadas para que pagaran los rescates, que posteriormente cobraba y repartía.

No fue la única actividad, pues como comandante, “El Jarocho” tenía bajo su orden a dos grupos dedicados exclusivamente al cobro de piso en Pachuca y municipios aledaños, donde además operaban el robo de vehículos que almacenaban en una bodega.

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