Luego de la reunión con integrantes del Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, familiares de migrantes agradecieron la apertura de este órgano para recibirlas, pero urgieron al gobierno federal agilizar la búsqueda de las personas desparecidas y pidieron que ésta no se queden en el escritorio, sino que se lleve a cabo en campo.
A pesar de no haber una cifra, las decenas de miles de casos reportados por organismos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos guardan historias de familias que viven a diario en una pesadilla por no saber del paradero de sus seres queridos. Por ello, pese a respuestas inverosímiles por parte de autoridades mexicanas de las últimas administraciones, exigen exhumaciones.
"Han pasado 12 años de pesadillas, no tenemos ninguna respuesta aparentemente el Estado mexicano nos los entregó pero nosotros no tenemos la certeza de que sean ellos, para nosotros esto es un caso de desaparición, porque está siempre con eso, mi madre no duerme de pensar 'dónde esta mi hijo'; mi madre ve a un joven y dice 'ahí va mi hijo'.
"Incluso cuando me entregaron siete meses después a Nancy Mariela y cuando abrieron el féretro por un momento, y veo una bola de papel, les digo '¿Qué es eso? y me dicen 'eso simula la cabeza de tu hermana'; eso es lo que me dijeron, y había agua y les dije '¿dónde está mi hermana' y me dijeron que estaba en refrigeración y en el proceso de México para Guatemala se convirtió en agua", dijo en entrevista con Elisa Alanís para MILENIO Televisión.
Este testimonio es de una mujer. Hija, hermana, prima. Una de las decenas que buscan saber qué sucedió con migrantes que fueron víctimas de masacres, como la del 22 de agosto de 2010 en San Fernando, Tamaulipas, donde fueron asesinadas 72 personas extranjeras.
Por ello, ante la falta de responsables por matanzas efectuadas hace más de 15 años, una de las peticiones realizadas al comité de la ONU es difundir el mensaje de impunidad que prevalece en el país. "Manden el mensaje de que en México se pueden desparecer y masacrar migrantes y no pasa nada".
"Mi hijo salió de El Salvador el 2 de mayo del 2002. Él iba con ilusiones, con esperanzas y con destino a Estados Unidos; él iba con un pollero, quien durante un tiempo lo tuvo viviendo en su casa, como 15 días mientras recogía gente, pero un 19 de mayo fue la última llamada que tuvimos y no volví a saber más de mi hijo", dijo la madre de un joven migrante desaparecido y fundadora de Cofamide.
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Su organización logró un convenio con la cancillería mexicana para la creación de un banco de ADN, el cual se conquistó "a pura presión de la sociedad civil".
Por su parte, María Cristina Rivera, hermana de un migrante asesinado en la masacre de Cadereyta en 2012, en la que 49 personas fueron ejecutadas, dijo que hasta el momento hacen falta por identificar 31 seres. Los familiares sólo recibieron los torsos de las víctimas.
Pero además, la Fiscalía General de la República no pudo recibir el expediente que inició la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, porque éste fue destruido por la empresa de paquetería encargada del envío.
DMZ