Una señora, vecina del sector San Bernabé, se acercó al reportero para quejarse contra la autoridad del penal de Apodaca 2, la cual le prohibió ingresar comida a los internos, y aprovechó para lanzar una consigna contra el ex gobernador Jaime Heliodoro “N”: "¿Quién le va a cortar las manos?".
La residente del poniente de Monterrey llegó hasta el automóvil con el logotipo de MILENIO, estacionado a un costado del acceso principal al penal, para poner una queja sobre la nueva medida implementada por las autoridades del Centro Penitenciario ubicado en la carretera a Santa Rosa-Salinas Victoria y Antiguo Camino a Ciénega de Flores, en Apodaca.
Platicó que su hijo fue sentenciado a cuatro años de prisión por robar 6 mil pesos y le piden poco más de 20 mil pesos para poder dejarlo en libertad.
"Mi hijo está en el área de (la zona ambulatoria conocida como) Coca, en el área 1, y sabemos que ustedes están aquí, más que nada por él (ex gobernador) y ¿a él quién le va cortar las manos, quién se las va a cortar?, ahí para que hagan un comentario, mi hijo está en el ala 1 y El Bronco está en la 2 (sic).
"¿Quién va a cortarle las manos? ¿pues no dicen que le encontraron 2 millones de pesos y las dos cajas fuertes? Yo nada más ocupó 20 o 25 mil para sacar a ‘mijo, él solo cometió un robo de 6 mil pesos, y le dieron 4 años 4 meses y ahorita ya tiene un año seis meses. Yo creo que El Bronco para el martes ya sale, y ¿cuánto van a cobrarle la salida?", cuestionó la madre de familia.
Así continuó el quinto día de reclusión del ex mandatario en el penal de Apodaca 2.
Otro padre de familia, que apenas iba a ingresar al centro penitenciario, preguntó a la prensa si iban a tomar fotografía para llevársela al ex gobernador.
Un comerciante ambulante de fritangas y refrescos se apostó en la entrada principal para vender a los visitantes al penal y también se dirigió sobre el caso del ex gobernador.
"Ahí que mejor me deje algo de lo que se llevó", señaló el comerciante apodado La Burra.
Un taxista que se arrimó a comprar lanzó otra consigna al reportero sobre el ex alcalde de García: "Ese ya no va a salir".
"Este es un hijo perdido", dijo el taxista al comerciante ambulante.
Con careta, cubrebocas y guantes de plástico, cientos de familiares llegaron desde temprano a convivir.