De enero a la fecha se han registrado 44 secuestros en la entidad, de los cuales en cinco casos las víctimas han sido mortales, las cuales en ocasiones son “puestas” por familiares o conocidos y en otras solo se simula un secuestro. En 2020 hubo 155 secuestros, en 2019 fueron 206 y en 2018 hubo 174 casos.
De acuerdo con el coordinador general de Combate al Secuestro de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), Rodrigo Archundia Barrientos, hasta el momento tienen 99 por ciento de efectividad en las sentencias condenatorias, lo cual habla de una buena integración de la carpeta de investigación, la solicitud de las ordenes de aprensión, un buen proceso y un buen juicio; así como la detención en fragancia.
“El año pasado bajó el secuestro, tuvimos un promedio de 50 secuestros menos que en 2019. Actualmente la tendencia es a la baja porque en 2020 al 21 de abril llevamos 53 casos. Hoy investigamos para detener, no detenemos para investigar como se hacía antes, armamos investigaciones sólidas para hacer la detención de los secuestradores y tener sentencias de 60 o 70 años”.
En los últimos meses –mencionó- han detenido y desarticulado varias bandas de secuestradores, el más reciente fue el caso de una menor de cinco años que estuvo privada de su libertar por mes y medio, donde murió uno de los plagiarios y un elemento de la Fiscalía fue lesionado de un balazo en la cabeza, afortunadamente ya fue dado de alta.
Pese a los esfuerzos –resaltó- la gente sigue cayendo en el secuestro virtual o la extorsión telefónica, donde los delincuentes fácilmente los sacan desde sus casas y hacen que se internen en un hotel, se saquen fotografía y las manden a sus familiares. Muchos casos –indicó- no se denuncian y los familiares hacen el pago y la negociación.
Asimismo –resaltó- se mantiene el secuestro exprés, principalmente en las avenidas que convergen entre el Valle de México y la Ciudad de México, en municipios como Ecatepec, Tlalnepantla, Ciudad Satélite, entre otros, los cuales afortunadamente han sido denunciados y han permitido la desarticulación de algunos grupos criminales.
“Los privan de su libertad, los llevan a los bancos para sacar los saldos de las tarjetas de débito o crédito y los sueltan en el mejor de los casos. En otros, los criminales llaman a los familiares y piden cantidades de dinero”.
En lo que va de este año –refirió- han desactivado al menos 10 grupos que llevan a cabo este tipo de extorsión, así como a cuatro personas que realizan extorsión presencial, es decir, a quienes les hacen los depósitos por 100 mil o 200 mil pesos. Aunque encarcelan a los delincuentes –dijo- desde ahí operan y contratar a otras personas, incluso involucran a sus familiares y amigos, para hacer el trabajo afuera.
“Estas personas piensan que no tendrán responsabilidad, están coludidas con gente que está dentro de un penal. Hemos tenido ordenes de aprensión, cancelación de cuentas bancarías; generalmente, son mujeres a las que fácilmente convencen los secuestradores, pues del monto total les ofrecen un porcentaje”.
En los últimos cinco años –enfatizó- ha cambiado la tendencia del secuestro, pues antes las víctimas eran los grandes empresarios y personas adineradas, hoy son aleatorios, es decir, lo mismo el dueño de una tortillería que el de un expendió de lotería, sobre todo, por la rapidez y la facilidad. Empieza con montos por 10 o 15 millones de pesos, sin embargo, se bajan a pagos de 5 mil o 10 mil pesos.
“De eso depende nuestra área de negociación para acortar los tiempos de secuestro, antes duraban entre 6 meses y un año, pero ahora duran una o dos semanas, no tienen capacidad los secuestradores para retenerlos tanto tiempo”.
Por último, Archundia Barrientos refirió que el último año han tenido cinco bajas de elementos de investigación a causa del covid-19, y han reforzado las medidas para evitar más contagios.
KVS