La Fiscalía General de la República recuperó piezas consideradas como monumentos históricos y que contaban con reporte de robo, las cuales iban a ser ofertadas en línea por la casa “Morton Subastas”.
La recuperación de las piezas derivó de una orden de cateo otorgada por el juez de control del Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Norte.
Elementos de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales (SEIDF) cumplimentaron el mandamiento judicial, por lo que ingresaron a dos domicilios de la casa subastadora en la Ciudad de México, donde fueron localizadas y recuperadas:
Una “Jarra de Plata sobredorada formando un Águila del siglo XIX”, robada de la Catedral del estado de Zacatecas y; un “Par de Estribos de Plata del siglo XIX”, que pertenecen a la silla de montar de una escultura religiosa de Santiago Apóstol, de un templo en el estado de Puebla.
La FGR señaló que el agente del Ministerio Público Federal continúa con la investigación iniciada con motivo de estos hechos, para establecer la probable responsabilidad de quienes hayan participado en la sustracción, traslación de dominio y comercio de los bienes históricos referidos.
Al respecto, la casa de subastas informó que "las piezas no son de la propiedad de Morton, sino que un cliente o consignante trae sus objetos para que sean vendidos en la modalidad de subasta y convertirlo así en dinero en efectivo. Nosotros nos cercioramos de su autenticidad y hacemos una investigación en el mercado para poder definir un intervalo de valores de precio".
"Sin embargo, muchas veces de buena fe, los coleccionistas traen objetos que les vendieron previamente o les entregaron de alguna forma y que fueron robados. En el caso de las antigüedades y el arte sacro es muy complicado saberlo porque no se suelen expedir factura o certificados de autenticidad y tampoco existen inventarios en iglesias, ni museos. Las parroquias y catedrales no tienen inventarios", agregó.
Sobre la verificación de las piezas para evitar que se trate de piezas robadas detalló que publican "catálogos y distribuirlo de manera pública, así como pagar una membresía en una plataforma de reportes de arte robado internacional denominada The Art Loss, que revisa nuestros catálogos y da aviso a las autoridades si encuentra alguna inconsistencia".
mpl