Maestro activista de Oaxaca acusa a Genaro García Luna por tortura que sufrió en 2006

César Mateos Benítez responsabilizó al ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de la tortura que sufrió junto con otros maestros luego del movimiento magisterial de Oaxaca de hace casi 15 años.

El activista aseguró que García Luna lo apresó “por orden directa de Felipe Calderón”. (Cuartoscuro)
Verónica Díaz
Ciudad de México /

“Cuando me detuvieron en Oaxaca, no pararon de golpearme, cosa que hicieron por horas policías encubiertos y agentes”, asegura César Mateos Benítez, quien formó parte del movimiento magisterial de Oaxaca en 2006.

En una carta dirigida a Genaro García Luna –quien en ese año era secretario de Seguridad Pública y hoy está preso en Estados Unidos– Mateos Benítez cuenta que fue detenido el 24 de noviembre de 2006 y estuvo en la cárcel hasta el 16 de julio de 2007. “Yo fui un preso político a diferencia tuya, Genaro, que estás preso por diversos delitos del fuero internacional”.

Firmado en Oaxaca, el texto es una narración en la que Mateos Benítez acusa que fue apresado “por orden directa de Felipe Calderón” y que fue torturado física y psicológicamente.

“Desde las nueve de la noche, hasta las cuatro de la mañana, me estuvieron torturando. Lo primero que hicieron fue amenazarme con mi familia, llegué a un estado en el que cuando por fin estuve solo, después de la tortura, empecé a sentir la etapa del terror psicológico, a la par de todo el dolor físico, ya no me asustaba mi persona, lo que me podía pasar, sino la gente que estaba afuera, todos aquellos a los que quería”.

El movimiento magisterial de Oaxaca comenzó en mayo de 2006, cuando la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación –disidente del oficial Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación– organizó diversas manifestaciones que desembocaron en un plantón en el centro histórico de Oaxaca. El 14 de junio, el gobierno estatal –con Ulises Ruiz al frente– ordenó el desalojo del plantón, lo cual provocó violencia y detenciones de maestros. El plantón permaneció.

El conflicto creció hasta que el 29 de octubre, fuerzas federales entraron a Oaxaca y durante poco más de una semana tuvieron enfrentamientos para la liberación del centro de la ciudad.

Mateos Benítez asegura en su carta que, luego de ser detenido, fue trasladado a diversos penales “siendo considerado un preso de alta peligrosidad”. Cuenta que estuvo en Miahuatlán, Tanivet, El Rincón, en Tepic, otra vez en Tanivet y finalmente en Cuicatlán.

“Cuando estuve en Nayarit, no me enteré sino hasta dos semanas después del lugar en el que estaba, allí nombres y apellidos no importan, sólo eres un número, nadie te habla, todo es monótono: “sí señor, no señor”, no veía la luz del día, no sabía cuándo era día y cuándo era noche”, se lee en el texto.

En varias ocasiones, Mateos Benítez alude a García Luna como el ejecutor de su detención y por eso mismo lo cuestiona.

Por ejemplo, al narrar su tortura, pregunta: “¿Alguna vez has sentido esa desesperación, Genaro? Creo que no, porque a ti te han tratado como a una persona”.

Y también le hace señalamientos políticos: “Me pregunto, si debemos exigirte los mexicanos la actitud de un hombre cabal, preguntarte, por ejemplo, ya que has sido uno de los instrumentadores del caos político en México, ¿dónde están los desaparecidos, las hijas, los hijos, los padres que están siendo buscados en estos momentos por sus familias?”.

También hay una parte de la carta en la que recuerda las motivaciones del movimiento magisterial: “Mi lucha era por la libertad de expresión, contra el autoritarismo y por la democratización del Estado. ¿Qué pedía el magisterio? Mejoras educativas, mejores condiciones de trabajo, uniformes escolares. Se criminalizó la lucha social y creo que esta fue una de las razones por las que yo y mis demás compañeros decidimos apoyar abiertamente el movimiento, eso es algo que la gente como tú, Genaro, nunca podrá entender”.

Gacía Luna fue, antes de secretario de Seguridad Pública, director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el sexenio de Vicente Fox. En ambos cargos, tuvo episodios polémicos e incluso de escándalo. El más recordado es el de la supuesta detención de la supuesta banda de secuestradores Los Zodiacos, que apareció en vivo en televisión.

Luego, se supo que ese operativo, en el que se apresó a la francesa Florence Cassez, fue una recreación mediática, ya que la verdadera detención sucedió un día antes en circunstancias distintas.

El texto, aunque escrito como una misiva, redunda en la idea de que nunca será enviada. “Pero esta es una carta que nunca te enviaré, Genaro, porque a los tiranos, a los corruptos, a los genocidas, las cartas no les importan, son como papeles tirados al viento”.

César Mateos Benítez señala que, derivado de la tortura, no pudo dormir acostado durante semana “por todos los golpes que recibí”.

“Pero no sé si es más fuerte el dolor físico o la zozobra de saber si tus amigos, si tu familia están bien. Mi familia, mis padres, no sabían dónde estaba yo. Si no hubiesen trasladado a varios maestros a Nayarit, no sé cómo me habrían encontrado mis padres”.

Aunque señala que no guarda rencores, Mateos Benítez dice que no olvida. “Creo que yo, como muchas víctimas del aparato represor del Estado en ese entonces aspiráramos a la justicia. Yo sí quiero que llegue la justicia a Oaxaca, pero no nada más por mí, por todos los desaparecidos, los asesinados, los torturados del 2006 y también de otros tantos años y lugares, que llegue la justicia para ellos, sin duda, llegará, pero tenemos que seguir luchando”.

La carta termina con la reproducción del poema de Ernesto Cardenal, “Barricada”. Mateos dice que esos versos expresan lo que siente respecto a lo que fue el movimiento magisterial de hace tres lustros: “ninguna lucha es en vano, incluso las más pequeñas. Ser reconocido, asumirte como un preso político es de mucha dignidad el Estado te criminaliza, te señala, quiere que te avergüences de tus actos, eso es una mentira. Los presos políticos deben sentirse orgullosos de mantenerse en pie de lucha no deben desfallecer”.

​AESC

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