El 8 de noviembre de 2018, Sergio Villareal Barragán El Grande se sentó ante el juez Harry Leinenweber.
Lo identificaron como alto mando dentro del cártel de los Beltrán Leyva tras la separación del cártel de Sinaloa, en 2008. Aunque trabajó en el cártel de Sinaloa, desde 2001.
Se declaró culpable y aceptó colaborar con la justicia estadunidense para tener una reducción de condena.
- Te recomendamos Presentan 13 mil páginas de pruebas contra ex mando de PF ligado a García Luna Policía
Con los Beltrán Leyva era el contacto con el gobierno mexicano para facilitarles el tráfico de drogas.
El Grande aseguró que durante su trabajo dentro de los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, los sobornos que se entregaban al gobierno podían llegar hasta el presidente de México.
Durante su paso por ambos cárteles, de 2001 a 2010, los presidentes de México eran Vicente Fox y Felipe Calderón.
Su testimonio se centró en contra de Iván Reyes Arzate, ex policía federal y máximo funcionario mexicano al frente de la Unidad de Investigaciones Sensibles conducida por Estados Unidos para el combate al tráfico internacional de drogas, al menos, entre 2003 y 2016.
Explicó cómo el cártel de los Beltrán Leyva trabajaba codo a codo con Reyes Arzate para facilitar el tráfico de drogas desde Colombia a México y luego a Estados Unidos.
Así como para debilitar a cárteles rivales, a través de un esquema que involucraba a Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública, a sus hombres más cercanos, incluso, podrían involucrar al presidente.
El Grande se refirió especialmente a un hecho, durante el cual el cártel de los Beltrán Leyva supo que había un informante de la DEA al interior de la organización gracias a que Reyes Arzate les filtró ese dato. El informante fue asesinado.
El jefe directo de Arzate, conocido en el cártel como La Reina, era Ramón Pequeño. Hombre de confianza de Genaro García Luna, quien estuvo en la división de Delitos Federales y en la Antidrogas y Análisis Policial de la Policía federal Preventiva.
Arzate, además, contó que para la identificación y asesinato del informante de la DEA, Luis Cárdenas Palomino, quien era jefe de la División de Investigación de la Policía Federal, se reunió con miembros del cártel de los Beltrán Leyva luego de que supieron que había un informante dentro del grupo delictivo. Ahí, Cárdenas Palomino habría dicho que habló con su "compadre", Genaro García Luna, y que fueron ellos quienes le dieron la identidad y detalles del informante que después fue asesinado.
Esa información la obtuvieron directamente de Javier Garza Palacios, otro de los hombres cercanos a García Luna. Quien fuera encargado de la División de Proximidad Social en la Policía Federal, y en ese momento, encargado de la Policía Federal mexicana en Bogotá, Colombia.
De acuerdo con Villareal Barragán, el asesinato del informante de la DEA funcionó para detener los aseguramientos de droga contra el cártel de los Beltrán Leyva.
El Grande también aseguró que la Procuraduría General de la República recibía pagos para que junto con la Policía Federal realizaran operativos contra bandas rivales, como La Familia Michoacana.
A inicios de este 2020, el fiscal de Estados Unidos Richard Donoghue pidió que el caso de Reyes Arzate se pasara al juez Brian Cogan, quien juzgó a Joaquín El Chapo Guzmán y ahora juzgará a Genaro García Luna.
Para Donoghue todos están bajo los mismos esquemas y eventos criminales.