Concluyen labores de búsqueda y al interior de una vivienda de la etapa 8 del fraccionamiento Chulavista, en Tlajomulco de Zúñiga, localizaron 17 bolsas negras con restos humanos que fueron sepultadas de manera clandestina.
El hallazgo ocurrió al interior de la finca número 281 de la calle Cerro Hueco, entre Cerro José Martí y Cerro La Turbosina.
El vocero de la Fiscalía del Estado de Jalisco, Ricardo Franco Bolio, informó que las bolsas fueron enviadas al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para determinar si corresponden a igual número de víctimas.
Sin embargo, trascendió que en total se localizaron 13 cuerpos en 17 bolsas. Se desconoce el género. Solo en unos plásticos se contabilizaron restos de dos cuerpos desmembrados en estado de putrefacción.
Fueron precisamente los malos olores que desprendía el inmueble, lo que llevó a los vecinos a reportar desde el pasado jueves lo que ocurría.
Sin embargo, no hubo respuesta de la autoridad. “Hasta el viernes vinieron los policías de Tlajomulco. Luego se aventaron todo el día de ayer, y hasta ahora (sábado), es hora que nos sacan nada”, expresó una vecina que prefirió no dar su nombre.
Ella, al igual que otras vecinas solo observaban como dos hombres solían ingresar a esa casa por la noche y algunas veces en las mañanas.
“¿Sabes qué pasa? Esta zona es medio caliente, pero ¿ustedes no vieron movimiento en la casa? Nada más se vio gente escarbando. ¿A qué hora pasaba eso? En la noche y en la mañana”, comentó.
Mientras Beto se llevó la sorpresa de su vida. Una vez estaba pintando la vivienda cuando pasaron sus vecinos caminando con costales de cemento y cal.
“Dije para que quieren cal ahí. Una troca se supone que trae el material”. Aun así, pensó que eran trabajadores de la construcción, por lo que fue y se puso a disposición de ellos porque es pintor.
“Yo como soy pintor y detallista de casas, pues fui. Yo les pedí trabajos y le dije, también remodeló casas del Infonavit, pero me dijeron que no. Nosotros no podemos, nomás le estamos ayudando a un amigo”, recordó.
Ayer al ver la presencia del Servicio Médico Forense y Fiscalía palideció. No salía del asombro.
Mientras que el resto de sus vecinos declararon que este tipo de hallazgos ya no les sorprende, aunque sí les preocupa. “Tenemos familia y está canijo, y luego como uno se va a trabajar no sabemos quiénes sean, y se necesita un poco más de vigilancia”, dijo la señora Yadira, quien no dejaba de ver el movimiento que se registraba sobre la calle de su casa.