Me hincaron y golpearon para que tomara el arma: alumno de UACM

Desde el reclusorio Oriente, Juan Ramón Carrasco León escribió una carta en la que denuncia que fue torturado por los policías para obligarlo a tomar un arma; un segundo abogado tomó el caso y le dijo que debe tener paciencia.

Juan Ramón Carrasco León tiene 32 años y es acusado de ser narcomenudista de la Unión Tepito. (Especial)
Adyr Corral
Ciudad de México /

Juan Ramón Carrasco León tiene 32 años y un hijo de seis; vende perfumes y ropa a pedido. El resto del tiempo, el padre soltero estudia Ciencias Políticas y Administración Urbana en la UACM, pero el 23 de abril le cambió la vida para siempre. 

"Me introdujeron a un cuarto donde me golpearon, me hincaron y me bajaron el pants que llevaba puesto a la altura de las nalgas, donde me echaron gel y estuvieron jugando con mis nalgas con una especie de tolete, me estaban obligando a tomar un arma cuando estaba de rodillas, a lo que no accedí", relata en un escrito del que MILENIO guarda una copia. 

De acuerdo con su relato escrito desde el reclusorio Oriente, alrededor de las cinco de la tarde de ese lunes, escuchó pasos en el pasillo de la vecindad en donde vive con sus padres y su hijo en la calle Joaquín Herrera, por lo que decidió salir a inspeccionar. 

"Observé que aproximadamente cinco policías comenzaron a movilizar mi motoneta, salí para que me dieran una explicación, me contestaron de forma agresiva, 'por mis huevos'". 

Los policías capitalinos, de acuerdo con el relato de Juan Ramón, tras arrestarlo sin darle una explicación o presentarle una orden o haber cometido un delito aparente, lo pasearon por varias horas a través de la ciudad, antes de presentarlo ante el Ministerio Público. Lo torturaron y finalmente lo acusaron de extorsión agravada en pandillerismo.

Margarita León es su madre. De pelo canoso y voz franca, asegura que su hijo es un hombre trabajador, preocupado por el bienestar de su nieto y por lo cual decidió estudiar Ciencia Política para salir adelante.

"También es trabajador social, se graduó del Cetis No. 5, terminó como técnico en Trabajo Social, de ahí sí dejó pasar varios años antes de entrar a la universidad. Sostiene a su hijo y a él trabajando como vendedor ambulante, vivimos en una zona donde es puro comercio", cuenta en entrevista. 

Asegura que el modo de trabajar del segundo de sus tres hijos, es entregar los pedidos que le hacen sus clientes por teléfono, "tráeme un perfume y ya lleva el perfume y ofrece lo que lleva, 'mira, traigo esta camisa, mira traigo esta chamarra', todo lo deja en pagos y ya después va a recoger lo que él vende".

Antes de ser recluido, el hijo de Juan Ramón cursaba el último año de kínder. Hace seis meses que no lo ve, que no lo lleva a la escuela como acostumbraba hacer todos los días.

"Ahorita el niño ya está en primaria y pues yo soy la que lo llevo, yo soy la que lo traigo o su abuelo también", relata Margarita desde una banca en la Alameda de Santa María.

Consciente del grave problema de seguridad que se ha documentado en las calles del Centro Histórico aledañas a Tepito, de donde son vecinos, su madre niega que Juan Manuel, hubiera tenido problemas antes del incidente del 23 de abril.

"Nunca, nunca, nunca, nunca, él, de hecho, es una persona que ni trabajaba en esa calle o alrededor de esas calles, sus lugares a donde iba a entregar sus cosas era por Coyuya, por la Viga, por Santa Anita, Canal de Tezontle, en la colonia Del Valle. Él cogía su moto, cargaba sus cosas y se iba".

De acuerdo con el relato de su madre, Juan Ramón es un hombre al que le gusta el deporte, practica frontón en las inmediaciones del barrio. 

"Iba a un deportivo que se llama Las Águilas. Ese sí está del lado de Tepito, nosotros estamos en el límite de Tepito y el Centro, es donde nosotros vivimos. Su deporte es el frontón".
"Le gusta escuchar música salsa, no baila sólo le gusta oírla, porque no baila, incluso ni siquiera era un hombre que dijeras cada ocho días andaba en la fiesta. Sí le gustaba tomarse sus cervezas ahí en la casa o incluso después de las clases, los viernes saliendo de las clases con sus compañeros. No era un muchacho que anduviera alrededor de donde vivimos", añade su madre con un tono de añoranza.

La sorpresa del abogado

La familia asegura que en ningún momento se les ofreció un defensor de oficio. El primer abogado que tomó el caso de Juan Ramón fue uno que les recomendó la novia del hijo más chico de los Carrasco León.

"Nos lo recomienda esta chica, nosotros confiamos en él, primero porque no tenemos experiencia en conocer a los abogados y siempre nos decía: 'no se preocupen su hijo va salir, no se preocupe señora, su hijo va a salir'. Mi hija es licenciada en Derecho, más no penalista, entonces ella no sabe nada de penal, ella también confió cuando le decía lo mismo", asegura Margarita, mientras aprieta las mandíbulas.

Fabiola, la hermana de Juan Ramón, asegura que el primer abogado de su hermano, de nombre Raúl Maldonado, buscaba el procedimiento abreviado.

"A mí lo que me suena es que estaba coludido no lo sé, con el Ministerio Público, para que sacara rápido el trabajo, para que se echara la culpa y se condenara", sostiene.
"Al principio, mi hijo lo que dijo 'yo lo que quiero es salir de aquí, lo voy a aceptar', pero pues no, ya después se arrepintió y dijo no, 'yo no tengo porqué echarme la culpa si yo no hice nada'", ataja su madre tras un breve lapso de silencio.

Maldonado le dio una "sorpresa" a la familia Carrasco León, cuando en una audiencia pidió una prórroga de tiempo supuestamente para ampliar pruebas que nunca entregó. Entre ellas, el video que el domingo se hizo público y que echa por tierra la versión oficial de que hubo una persecución y ostentación de pertenecer a La Unión Tepito al resistirse al arresto.

Después de eso, la UACM les ayudó a contactar con otro abogado, Margarito Tolentino. El nuevo abogado coincide con Juan Ramón, no tiene porqué echarse la culpa por un delito que no cometió, sobre todo, cuando hay pruebas que pueden demostrar su inocencia. 

"Lo único que te pedimos es que tengas paciencia, porque esto es de paciencia", le dijo cuando lo conoció.


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