Sandra Pérez Martínez tenía planes en 2019: dejar el hogar que le había significado dos años de una relación violenta. Había pedido a su familia apoyo con la mudanza, pero su expareja, E.N.R, parecía haberlo tomado como un chiste. Por eso esa noche –la última que la verían– como si no pasara nada, quien hoy se presume como el responsable de su desaparición había llegado a la casa que aún compartían para encontrarse con un matrimonio de amigos y ella, y fue conforme la noche avanzó, que mientras más bebía más subía los insultos contra Sandra, al grado de incomodar a los presentes, quienes prefirieron irse alrededor de las dos de la mañana dejando a la pareja discutir. Desde la madrugada del sábado 15 de diciembre del 2019 no se sabe el paradero de Pérez Martínez.
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Tenían planificado ir de viaje a Valle de Bravo ese domingo, E.N. sí fue, con sus hijos, Sandra nunca subió a ese automóvil. “Al otro día nos marca mi mamá y nos dice ‘oye, ¿sabes algo de Sandra? Es que le marco y me manda a buzón y no ha venido por la niña (su hija menor)’. Ella me marcó ya como a las doce, pero cuando mi hermana (Sandra) dejaba a la niña con mi mamá, ella venía al otro día temprano porque la niña era muy muy apegada con ella, entonces a mi mamá se le hizo muy raro que ya eran las doce y no se comunicaba, ni llegaba, entonces fue mi otra sobrina (hija mayor) a su casa y nos manda mensaje y nos dice ‘es que sí está su camioneta afuera de la casa de mi mamá, pero ya toqué y nadie sale’, después fue mi otra hermana y también dijo lo mismo. Después como a la media hora nos llama mi sobrina y nos dice ‘¿saben qué? Hay sangre aquí en la calle y en placa de la camioneta’ y se veía el arrastre, como cuando alguien arrastra algo pesado, porque la calle está toda llena de tierra y entonces ahí empezamos a buscar, a mandarle mensaje a los amigos de mi hermana”, cuenta una de las hermanas Pérez.
“Buscamos en hospitales, en sanatorios particulares, buscando se nos fue todo el día, cuando vimos ya eran las 8 o 9 de la noche, y después fuimos al Ministerio Público de Ixmiquilpan (Hidalgo) y ahí terminamos declarando hasta las 4 de la mañana. Para el día lunes (16 de diciembre de 2019) van los peritos para entrar a la casa de mi hermana, abren la casa, se meten y encuentran sangre en la entrada, en el cuarto, en los cajones, en las colchas, en las sábanas, se veía que habían limpiado en la entrada de la casa y de ahí nos imaginamos lo peor y por eso nos pusimos a conseguir videos y hubo un video de la colonia que conseguimos y se ve cómo él va a dejar su carro a su casa donde viven sus hijos, que no es lejos, exagerado es una cuadra, y se ve que llega, se baja del carro y se queda viendo la cajuela fijamente, y se va caminando y se regresa para la casa que tenía con mi hermana; en la cajuela de su coche, un Chevy blanco, había sangre”.
Fue hasta el martes que los peritos abrieron el automóvil de E.N. en sus oficinas. A la familia tan solo le enviaron fotografías de lo que habían hallado: más sangre y cabello, muestras que se estudiarían hasta finales de febrero de 2020, y solo por presión de sus hermanas e hijas.
La pista podría estar en Tampico
“Él no vivía aquí (Ixmiquilpan) toda la semana, él no se quedaba aquí, se iba a Tampico, se iba los domingos por la tarde y regresaba entre jueves o viernes y se quedaba el fin de semana (…) era ganadero, allá tenía sus reses con un compadre de por allá, era la único que sabíamos en ese momento, y la verdad nosotros nunca investigamos, nunca pensamos que iba a pasar algo así. Ese día que la vi, que nos fuimos a comer, ella me dijo: ‘pues ya encontré la casa, nada más ahorita la van a desocupar y cuando me la entregue el señor ya me voy, pero ya es un hecho que voy a dejar a E’”.
Antes de la pandemia, testigos declararon haber visto a E.N. de regreso en Ixmiquilpan; sin embargo, al obtener las copias simples de la carpeta de investigación 07-2019-1585, ambos testimonios no se encuentran anexados; ahora la familia espera la explicación de las autoridades sobre este punto, así como desde diciembre esperan el por qué tardaron casi dos meses en realizar las pruebas de ADN de la sangre de Sandra, por qué no se han anexado los videos de las cámaras de C5i que muestran los movimientos de E.N. la noche de la desaparición y, sobre todo, por qué durante todo este periodo, las autoridades no han mostrado interés en buscar al único señalado de la desaparición de Sandra. La familia cree que esto tiene que ver con que sus familiares directos laboran en el C5i, aunque los agentes han negado el hecho.
“Él es el único que nos puede decir qué hizo con ella, a dónde se la llevó, porque la encajueló y se la llevó a algún lado y él es el único que nos puede decir”, concluyeron las hermanas Pérez, de quienes se guarda la identidad por temor a represalias.