Cuando el Gobierno mexicano cerró la llave al robo de gasolina, las organizaciones criminales abrieron la del gas, se expandieron a nuevos territorios y establecieron una nueva configuración en el mapa nacional del huachicoleo.
Entre 2018 y 2023, el número de tomas clandestinas de Gas Licuado (LP) reportadas por Petróleos Mexicanos (Pemex) aumentó más de mil por ciento, al pasar de 222 a 2 mil 470 en ese periodo. Esto significa que en 2023 se localizaron tomas ilegales cada 3.5 horas.
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En contraste, las tomas clandestinas de hidrocarburos, como petróleo, gasolina y diesel, bajaron 20% en el mismo periodo, de 14 mil 956 “piquetes” en 2018 a 12 mil 5 el año pasado.
“El poliducto que llevaba esos hidrocarburos dejó de funcionar, y ahora la delincuencia organizada trasladó sus actividades ilícitas al robo de los gasoductos”, explicó a MILENIO el Teniente Coronel Luis Enrique Morales Castillo, del 6/o. Regimiento Blindado de Reconocimiento, hoy desplegado en Puebla para inhibir este tipo de saqueo.
Los números de Petróleos Mexicanos también muestran un cambio en la distribución geográfica de las tomas clandestinas. El llamado Triángulo Rojo de Puebla, en el que históricamente se robaba más hidrocarburos, hoy quedó fuera del radar, dando lugar a nuevos municipios que se integran a la lista con mayores tomas clandestinas.
De ahí que Veracruz se haya ubicado como la entidad con más robos de ductos de gas con mil 25 tomas localizadas a nivel nacional, y desplazando a Puebla; mientras que Hidalgo se mantiene líder en el robo de gasolina.
De la gasolina al gas: ¿Cuántas tomas clandestinas hay?
Soldados del 6/o Regimiento Blindado de Reconocimiento realizan patrullajes, en vehículo o a pie, son 450 elementos que día y noche escudriñan los 167 kilómetros del ducto Cactus-Guadalajara que le corresponde a la 25 zona militar, con la misión de localizar tomas clandestinas.
Un alertamiento llevó a los uniformados el viernes 23 de febrero hasta el municipio de San Matías Tlalancaleca; segundo municipio con el mayor número de tomas en Puebla, entidad en la que cada 11 horas con 21 minutos en promedio se localiza una toma clandestina.
Tan sólo el año pasado fueron detectados 106 ‘piquetes’ sólo en este municipio, en el tramo del gasoducto que pasa entre casas con paredes de adobe y campos de agave, para llevar gas del Golfo al Occidente del país.
“El robo de gas se trata de un negocio muy redituable que puede extenderse desde unos metros hasta varios kilómetros, complicando su detección, especialmente cuando se encuentran cerca de zonas urbanas”.
Además, “difícilmente son tomas herméticas, siempre hay fugas y siempre existe la posibilidad de un accidente mayor, pero son acciones que la delincuencia no mide, no le importa perjudicar a quien lo haga”.
Los uniformados han llegado al kilómetro 631 +500 del ducto del Gas Cactus-Guadalajara, y se trata de una toma de gas licuado de petróleo (LP).
Esta en particular, se trata de un objetivo frecuente; de hecho, esta toma había sido utilizada en por lo menos cuatro ocasiones para robar gas con una manguera, muestra de ello, está en el número de tapones Weld cap que se le coloca cada vez que es hallada una toma.
Puebla se ubicó en segundo sitio con un total de 772 tomas localizadas, después de entidades como Veracruz, que experimentó un aumento del 90% en el robo de gas LP y de acuerdo con información de la misma Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) difundida por el grupo de Guacamaya, habría 15 organizaciones delictivas disputándose el negocio de los hidrocarburos.
Una vez que el Ejército, junto con la Guardia Nacional, llevan a cabo el aseguramiento del lugar, se proporciona la identificación y ubicación a personal de seguridad física de Pemex, que acude con palas, picos, extintores y técnicos encargados de reparar y sellar el ducto, al menos hasta que vuelva a ser perforado nuevamente por alguna organización criminal.
RM