Alejandro Rosales García, de 26 años fue privado de su libertad el 8 de septiembre del 2020 cuando se encontraba trabajando en Atemajac del Valle en el municipio de Zapopan.
Durante seis meses su cuerpo permaneció al interior de la fosa clandestina de Santa Ana Tepetitlán, para febrero de este año sus restos ya se encontraban en las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, pero fue hasta el 19 de agosto que le informaron a su esposa que habían localizado los restos de su esposo.
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"A mí me hablaron el 19 de agosto de este mes presente para decirme en fiscalía que había una posible confronta por sus tatuajes, me presentó y efectivamente son el antebrazo izquierdo de mi esposo y el brazo derecho de mi esposo Yo plenamente los identificó y me presentó el día 20 de agosto a reconocerlo todo y si lo identificó, pero la chica que me estaba atendiendo que me estaba enseñando las fotos me dice que él ingreso en febrero, fue localizado en una fosa de Santa Ana Tepetitlán en Bugambilias, ingresó en febrero y no se trabajó hasta el 19 de julio y a mí me avisa un mes después", dijo Bárbara Ochoa, su esposo desapareció en septiembre del 2020.
Así como Bárbara reclama los restos de su esposo, Graciela Covarrubias, la mamá de Frida Vianey de 24 años, cuyos restos fueron localizados en la fosa clandestina de El Mirador 2 en Tlajomulco, también busca recuperar a su hija pues sus restos llevan un año y ocho meses en el Instituto Forense.
A pesar de que ambas familias ya localizaron a su familiar perdido, el calvario no ha terminado, pues a pesar de saber en dónde se encuentran sus restos estos no pueden ser entregados debido a elementos faltantes.
JMH