En una carta dirigida al presidente Donald Trump, el encargado de la Oficina del Consejo Especial (OSC, por sus siglas en inglés), Henry Kerner, que investigó las irregularidades en el caso, le explica al mandatario que se puede concluir que los oficiales a cargo de la operación, el que falleció Jaime Zapata y Víctor Ávila fue gravemente herido, por integrantes de Los Zetas, cometieron varias faltas.
“La investigación confirmó las acusaciones de que los funcionarios de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, por sus siglas en inglés)-HSI (Investigaciones de Seguridad Nacional, por sus siglas en inglés) no consideraron la posibilidad de, o se negaron de manera incorrecta a proporcionar o coordinar, apoyo adicional para los agentes con personal estadounidense y/o con fuerzas de la ley mexicanas”, dice la misiva fechada en abril del 2020. Temían una filtración al narco de sus planes.
En la misiva, el consejero especial le deja claro al presidente Donald Trump todas las fallas cometidas en la misión que cobró la vida del agente Jaime Zapata.
Además, los funcionarios antes mencionados también fallaron en coordinar la operación con los oficiales regionales de seguridad (RSO, por sus siglas en inglés) pertinentes y fallaron en informar y preparar apropiadamente, a los agentes Zapata y Ávila, para concretar la peligrosa misión.
“El reporte confirma que había una conocida falta de diligencia con respecto al mantenimiento de los vehículos blindados (del) ICE”, explica Kerner a Trump y detalla que el informe fue enviado “al liderazgo ejecutivo de HSI para considerar una acción disciplinaria”. Pero no se otorgan más detalles al respecto.
La carta que resume los fallos y omisiones en el caso, de parte de altos rangos dentro de corporaciones policiacas estadounidenses, hace nueve años, y que sugiera tomar acciones disciplinarias en su contra, fue suscrita apenas unas semanas antes de que en Estados Unidos estallaran fuertes protestas sociales, justamente, en contra de corporaciones policiacas por fallas y omisiones de sus elementos en temas raciales.
El agente especial Zapata, probablemente, seguiría con vida si se hubiera traído el equipo desde Estados Unidos por medio de una valija diplomática, como se sugirió en distintas ocasiones, pero el tiempo apremiaba. Seguiría con vida si los seguros de la camioneta no hubieran fallado, pero no se tomó importancia a ese detalle.
También seguiría vivo si se hubiera avisado a las autoridades mexicanas de la misión que se le encomendaba junto al agente Ávila, para que les escoltara un comando armado, pero sus superiores temían que la información se filtrara al narco, en un hipotético escenario donde participara un elemento mexicano corrupto en la operación.
De lado mexicano, en 2011 al mando de la Secretaría de Seguridad Pública se encontraba Genaro García Luna, quien ahora nueve años después, se encuentra detenido en Estados Unidos acusado de recibir sobornos millonarios del narcotráfico, pero del cártel rival de Los Zetas: el Cártel de Sinaloa.
“Durante las entrevistas (nombres testados) expresaron la creencia de que era más seguro, debido al nivel de corrupción en México, no proporcionar notificación previa de su viaje operativo a las autoridades mexicanas. Por esa misma razón, era poco común que el HSI en Ciudad de México notificara a las autoridades mexicanas antes de viajar o que usara a las autoridades mexicanas como escolta”, se lee en el reporte del ICE.
Sin embargo, agentes de otras corporaciones como el FBI (Buró Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés) o la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) con base en México que fueron entrevistados durante las investigaciones difieren de sus entonces compañeros del ICE en México.
"Declararon que viajes, como el realizado por agentes del HSI el 15 de febrero de 2011, normalmente no serían emprendidos sin acompañamiento de policía mexicana", sostiene el informe.
Uno de ellos fue mucho más tajante: "incluso si la información de una propuesta de viaje se comunicara a la policía mexicana corrupta, 'pasarían la información a los malos, no se metan con ellos (los agentes estadunidenses)'".
El reporte interno del ICE en conjunto con el FBI recoge los testimonios de hasta 40 involucrados directa o indirectamente en el caso.
Otro sostuvo que “era más seguro notificar a las autoridades mexicanas, sabiendo que la información puede filtrarse a las organizaciones de narcotraficantes, que ser un desconocido que aparece en un lugar de sorpresa (…) los problemas aparecen cuando personal del gobierno estadounidense se aparece de sorpresa en algún lugar de México”.