Hoy 10 de mayo del 2021 se celebra una vez más el Día de las Madres. Sin embargo, en medio de este festejo en el que algunas personas siguen con la posibilidad de abrazar, besar y hacer consciencia de todo lo que significa la mujer que les dio la vida, hay miles de madres a las que les fue arrebatada esta posibilidad. Hay quienes en este día salen a las calles para exigir que sus hijas o hijos vuelvan a casa, que las autoridades den con sus paraderos. Sin embargo, en medio de este panorama manchado por la violencia, también hay casos en donde son los hijos los que no pueden festejar a sus madres por culpa de la impunidad, negligencia y corrupción. Tal es el caso de Angélica Dávila Nájera, quien busca a su madre Josefina Angélica Nájera Ramírez desde el 2016. Han pasado casi cinco años desde la última vez que la vio, desde ese entonces no ha tenido la posibilidad de festejar un 10 de mayo como antes lo hacían.
La última vez que Angélica Dávila Nájera vio a su madre Josefina Angélica Nájera Ramírez –de entonces 58 años– fue en su casa un 1° de septiembre del 2016. Cenaron juntas, charlaron un rato y más tarde su madre se despidió para dirigirse a su hogar ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Esa ocasión fue la última vez que tuvo oportunidad sentir el cariño que ambas se profesaban.
Desaparición de Josefina Angélica Nájera y despojo en propiedad
Pasaron dos días después del último encuentro -3 de septiembre del 2016- y la vida de Angélica Dávila dio un giro por completo. Su madre desapareció después de ir a su clase de medicina natural. Los compañeros de Josefina Angélica Nájera la vieron platicando en Cetro Médico con un hombre que no habían visto antes.
Su hija pasó por ella después de la clase -como era costumbre para ir a comer-, pero ese día fue distinto. Ya no la encontró. Cuando se enteró que la vieron charlando con un desconocido le extrañó, pues según resume su madre no era de hablar con gente desconocida.
“El tres de septiembre -2016- fue a las clases de medicina natural y todavía estaba bien, pero hubo testigos de que la vieron platicando con una persona vestida de negro, con el cabello recién recortadito en la entrada de Centro Médico, donde tomábamos clases de Medicina Natural en el Hospital Siglo XXI. Y no, no conocemos a esta persona, no entraba a las clases. De hecho se nos hizo bastante extraño porque ella no se ponía a platicar con gente que no conoce. Yo supongo que nos estaba esperando a mi pareja y a mí porque siempre nos íbamos a comer después de las clases. Ya cuando llegamos no la encontramos. Le estuvimos marcando y buscando por todas partes y ya no las encontramos. Solamente sé por los compañeros –de las clases de medicina natural – que la vieron con este señor”, contó Angélica Dávila Nájera a MILENIO.
Pasó una semana aproximadamente de estar intentado comunicarse con ella, así que decidió acudir a su domicilio para saber cómo estaba. Al llegar se encontró con un impacto que le cambió su vida: la casa de su madre estaba siendo habitada por otras personas que se decían propietarias de la misma.
“Nos encontramos con esta circunstancia, con gente que estaba dentro de nuestra casa –vivienda de su madre– en el Estado del México. Nosotros agarráramos una patrulla en las calles de Neza que sí nos asistió. Sin embargo, al lugar llegaron los falsos dueños… llegan con policía de Ecatepec, quienes los asisten haciéndolos pasar como supuestos dueños –de la casa–, desconociéndome a mí, pero si hablando de mi familia”, indicó Angélica.
En medio de la confusión y el caos sobre las personas que estaban dentro de la propiedad de su madre y la incertidumbre que había de no saber en dónde estaba ella, acudió al Ministerio Público para levantar una demanda.
Sin embargo, aquel día en el que decidió denunciar por desaparición y despojo (NEZ/NZ2/00/MPI/000/01666/16/09), se encontró con algo que parecía planeado. La comenzaron a grabar e intimidar los falsos propietarios frente a las autoridades.
Para Angélica, era casi seguro que los que entraron a la casa de su madre, las tenían vigiladas, pues el plan para que aseguraran que era su casa y el no dar razón de su madre parecía perfecto.
“Nos tenían bastante estudiadas, bastante analizadas para saber lo que hicieron. Cuando llegamos hacer la denuncia por desaparición y despojo –los falsos dueños de la casa que tampoco daban señal de su madre– nos rodeaban en todo el MP. Yo tenía asistencia de una abogada particular, pero no les importó, grababan con celulares y se los permitían, conocían a mucha gente del MP, saludaban a todo mundo. Cuando se hizo este operativo no había tanta familia, pero todos llegaron allá -al MP-. Yo obviamente en un mar de lágrimas de estar rodeada de gente que ni conozco, pero que se notaba que ellos a mi sí. Obviamente con miedo, nos tenían bien calculadas. Igual cuando fuimos a buscar a mi mamá a su casa nos grabaron y nos quisieron golpear, el único que nos protegió fue el policía de Neza. Los policías de Ecatepec apoyaron al falso dueño, parece ser que eran de los suyos”, indicó.
¿Pudo comprobar que era de ella la propiedad? Aunque Angélica Dávila Nájera aseguró que comprobó a las autoridades que la propiedad que irrumpieron los desconocidos sí pertenecía a su familia, ésta quedó en resguardo. Además de que se le han hecho diversos cuestionamientos a ella sobre la casa.
“A pesar de que nosotros ya comprobamos que la propiedad es de nosotros siguen haciendo cuestionamientos –las autoridades – cuando es bastante obvio que es de nosotros. A mí me reconoce hasta el bolero y el –vendedor– de los periódicos que están alrededor del MP. Y aún así, la policía nos tiene que cuestionar a mí y a mi familia y no me localizan a mi mamá. O sea todos los vecinos nos reconocen y las autoridades nos tienen que investigar. Ahora resulta, es absurdo que se nos tenga que investigar a nosotros”.
Las autoridades no saben en dónde están...
*Aunque los implicados estuvieron en prisión dos días, después fueron liberados y hasta la fecha no han sido encontrados.
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Autoridades de Neza no querían buscar a su mamá
Han pasado casi cinco años de la desaparición de su madre. En medio de este lapso de tiempo se han enlazado varios sentimientos y emociones que apuntan a la injusticia y la protección de quienes cometieron el delito.
“-Estos años- han sido larguísimos, infernales años de dolor, angustia, impotencia, coraje, de mucho coraje. Porque sabes que en México todo queda impune. No hay justicia. Parece que los solapan, los ayudan, los protegen”, aseguró Angélica Dávila Nájera.
Y es que pese a que la hija de Josefina Angélica Nájera Ramírez asegura que siempre ha sido tratada con respeto, aún recuerda lo que pasó cuando las autoridades de la Fiscalía de Neza, Edomex, aseguraron que no buscarían a su mamá, pues ella ya no estaba.
“No me querían buscar a mi mamá. Yo estaba manejando el asunto directamente con Fiscalía. Yo llorando, suplicando, hecha un mar de lágrimas, porque me la pasaba llorando, suplicando por mi mamá, recibí el mensaje de que no me la iban a buscar. O sea sí, me trataron bien, pero me dijeron que no la iban a buscar: ‘Señora es que no son pendejos –los delincuentes–, su mamá ya no está aquí. No se la voy a buscar’", recordó.
Sin embargo, pese a todos los obstáculos que ha tenido que enfrentar, en estos casi cinco años de mudarse de casa por cuestiones de seguridad, no piensa quitar el dedo del renglón. Sólo desea encontrar a su madre:
“Sigo con el dedo del reglón, pero se me archivó el caso porque por circunstancias me tuve que mudar. Supuestamente te dicen que van a seguir trabajando en tu caso, pero no lo hacen, te lo archivan”.
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¿Quién es Josefina Angélica Nájera Ramírez?
Una vez más, Angélica Dávila Nájera pasó en pie de lucha este Día de las Madres. Muy diferente a como antes pasaba esta fecha, en donde junto a su madre celebraban su amor, comían, charlaban, se abrazaban.
“-Había- muchos apapachos, muchos besos, mi mamá siempre fue muy besucona y yo también. Ella siempre feliz de estar conmigo y yo más. Felices siempre, comíamos mucha comida rica porque somos muy comelonas. Juntas en donde fuera, porque lo importante era convivir. Nos dábamos permiso de una cerveza o vino tinto con la comida. Era consentirnos. Ella muy querendona siempre”.
Para Angélica Dávila Nájera hablar de las características buenas que tiene su madre es ocupar indeterminado tiempo, pues era "un sol" que se caracterizaba por ayudar, aprender y sobre todo demostrar el amor en todos los aspectos de su vida. Así es Josefina Angélica Nájera Ramírez, según su hija Angélica Dávila:
“Mi mamá un sol, para mí, para todo mundo un sol. Mi mamá se dedicaba a la medicina natural desde hace muchísimo tiempo. Mi mamá era una erudita en el tema. Un sol, ella súper generosa, no cobraba casi por su trabajo. Había gente a la que decía ‘es que si no me pueden pagar, no les cobro’. Ella humanista, de un corazón enorme, generosa, bondadosa, una persona que iluminaba a donde quiera que fuera, que le gustaba consentirnos todo el tiempo. Bailaba, cantaba. Si me veía triste me hacía reír. No importaba lo difícil que fuera la vida, ella siempre sacaba adelante todo con una sonrisa.
Me faltan palabras, la podría describir en una semana y todavía me faltaría decir de lo hermosa que es por dentro y fuera. Siempre le gustó a ayudar a la gente. Siempre resiliente. Amante de estar estudiando y trabajando. Es un sol que no merece esto. Un ángel terrenal que no debieron haber dañado jamás.
Porque no solamente la dañaron a ella, no sólo nos dañaron a nosotros como familia. Le hicieron muchísimo daño a todas las personas que pudo haber ayudado o salvado con todos sus conocimiento de medicina natural. Me faltan palabras para describir la persona tan hermosa que es mi mamá”.
grb